En el Reino de Fantasy, reinaba el Rey Carim y su bella esposa, la Reina Alina.

Vivian, en un gran Castillo, rodeado de grandes y preciosos jardines, llenos de plantas y árboles. Traídos de todos los rincones del Mundo.

En medio de el jardín, había un Estanque Dorado, con Nenúfares que brotaban de sus cristalinas aguas.

Un precioso día de primavera, los Reyes, vieron cumplido su sueño y tuvieron una preciosa niña con ojos marrones y un bonito pelo dorado, su carita de muñeca, tan dulce y pequeñita, a la que pusieron por nombre, Sara.

Sara, creció muy feliz junto a sus padres en el Palacio Real. Corriendo y jugando por sus maravillosos jardines, y así fue pasando el tiempo.

El mismo día en que Sara cumplia sus 18 años.
Cuando paseaba por su rincón preferido de los jardines de el Palacio, junto al Estanque Dorado.
Rodeado de bellas flores de suaves colores y delicados aromas, que florecían con la llegada de la primavera.

Sara, estaba contemplando la belleza que a su alrededor florecía, cuando de pronto, vió reflejada la imagen de un Bello Pajarillo de bonitos colores, en las aguas cristalinas de el Estanque Dorado.

De pronto la imagen de el pajarillo que se reflejaba en las aguas, se convirtió en la de joven y bello caballero.
En ese mismo instante el pajarillo, desapareció, como por arte de magia.
Desde ese mismo momento , Sara ya no pudo olvidar la imagen de ese apuesto caballero.

El parajillo, era un Príncipe, de un lejano país, que una bruja malvada, lo había hechizado, condenandolo a mostrar su imagen, sobre las aguas, tan solo el primer día de Primavera.

Sara, se había enamorado de la imagen de el bello Príncipe, y cada día iba al estanque, con la esperanza de encontrar a su amado Príncipe.

Y así fueron pasando los días, y la princesita cada vez, estaba mas triste.

El Rey, estaba muy preocupado al ver, a la Princesita, tan triste. Y se le ocurrió, la idea de, organizar una fiesta en el palacio.

Invitó a todos los Príncipes de cada reino, con el fin, de que, la princesita se enamorara de alguno de ellos y consiguiera olvidar a su Príncipe encantado.

Y aunque todos eran muy guapos, la princesa no encontró a ninguno que la hiciera olvidar a su Príncipe adorado.

Cada día la princesa acudía, al Estanque Dorado, con la esperanza de encontrar a su Príncipe.
Pero nunca llegaba. Así paso el invierno , las flores del jardín estaban marchitas, como su corazón. En su cara, ya no se dibujaba su preciosa sonrisa,que alegraba a todos.

Por fín, llego la primavera. Y con ella, también las flores empezaron a florecer. Y su Jardín adorado, volvía a tener color.

Los trinos de los pájaros volvieron a alegrar, las mañanas, Sara salió, como de costumbre, al jardín y se acerco a su rincón preferido, cerca de el Estanque Dorado. Cuando de pronto vió, en el suelo, a un parajillo herido.

Sintió una gran pena , por el pobre pajarillo. Lo cogió en sus manos y lo acaricio, suavemente.
De pronto, una lagrima brotó de sus ojos. Y cayó, en la boca del pajarillo, y como si de un milagro se tratara, una luz, con gran intensidad, resplandeció, y el pajarillo se recupero al instante.

Y cual fué su sorpresa, cuando el hechizo de la bruja malvada se deshizo, y el pajarillo, se convirtió en su adorado Príncipe. Sara no podía creer lo que veían sus ojos.
Ante ella, estaba el Príncipe que tanto amaba.

El Príncipe, la beso dulcemente en los labios. Y desde entonces, viven Felices, en el Palacio. Y Sara, ya no volvió, a estar triste.

Y ahora pasean, juntos por su Jardín adorado.
Ahora, todo parece mas hermoso, por que lo comparte con su Gran Amor.

Y en el Estanque Dorado, se reflejan sus rostros con el Brillo Especial de el AMOR.


Autora: Raquel Villalta Cañizo



******PARA MI BELLA PRINCESA, PAULA*******

****Pilar Cañizo Acebo****