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Categoría: Infantiles

Inmensas luces blancas

De repente se vio a una montaña levantarse la falda y salir corriendo...
¡¡Qué vienen!!!, ¡¡qué vienen!!!
¡Quienes vienen? preguntó un pajarillo sorprendido a quien una inmensa luz blanca le cegaba tanto que no le permitía orientar su rumbo...
¡¡¡Ya llegan y cada vez son más!!, se oyó otra profunda voz que recorría la vertiente seca de un río cercano.
No comprendo, repitió el pajarillo tratando de mantener su vuelo, sin saber muy bien hacia dónde iba.
¡¡¡Vamos, no pierdas el tiempo, ven con nosotros, llegan muy rápido!!! grito una nueva voz que salía desde las esponjosas nubes.
Bueno, ¡ya está bien!, chilló el pájaro. O me decís quien viene para poder entender algo o me poso y ni muevo una pluma, no entiendo vuestra emoción ni vuestra alegría, ¿acaso son tan importantes los que vienen?
No preguntes y corre a su encuentro, ¡¡¡no seas insensato!!.
No, no, y no, dijo el pequeño pájaro cruzando las dos alas en actitud de enfado.
Bueno, luego no digas que no te lo dijimos, siempre tan cabezota, se oyó la voz de un árbol que se acercaba a esa inmensa luz desprendiéndose de su corteza para correr y poder llegar el primero.

El pajarillo sin entender nada pero viendo que la expectación se hacía cada vez tan grande como su curiosidad decidió seguir a tan extraña comitiva para enterarse bien de lo que sucedía.

Pero al llegar a un claro de un bosque, quedó maravillado... unas inmensas luces blancas lo cubrían todo...

La montaña escuchaba atenta lo que le estaban diciendo:
... y por haber pasado tanto, por haber sustentado el pequeño pueblo que vive a tus pies y se alimenta de todo lo que le ofreces, este año ninguna parte de ti se horadará para convertirse en cantera, te mantendrás intacta...
¡Bien! se escuchó la voz emocionada de la montaña... ¡muchas gracias!

El río, entre lamentos, escuchaba también emocionado:
... y por haber soportado la sequía y a punto de morir de sed haber extraido en lágrimas el agua suficiente para regar los campos, este año las lluvias te mojarán de forma equilibrada dándote vigor en invierno y caudal templado en verano.
¡Gracias!, dijo el río recogiendo su rizosa melena de guijarros y paja y enjuagándose las pocas gotas dulces que le quedaban en su rostro.

Las nubes, complacidas, también atendían:
... y por haber sido tan atentas y haber tenido tanta paciencia cobijando al fuerte sol para que los humanos no tuvieran quemaduras en su piel, haber templado tormentas y dejar paso de forma humilde al arco iris de la calma, este año cada estación tendrá su tiempo y no tendréis que hacer horas extra asomándoos, para contrarrestar el agujero de la capa de ozono que tantas alteraciones climáticas está provocando.
¡Cuanto nos alegramos!, gritaron las nubes al mismo tiempo, mientras emocionadas soltaban pequeños llantos de lluvia por la noticia.

El árbol, desnudo y cansado, escuchaba sin embargo con mucho interés:
y a tí árbol, a ti árbol, a tí y a tus hermanos del bosque...
SE ESCUCHÓ UN GRAN SILENCIO...
La luz, se hizo intensa y alargando sus manos, un suave haz de luz acarició el rostro de madera resinoso que se postraba a sus pies, diciendo a continuación: a ti árbol... te regalo Paz.
El árbol, sin poder expresar palabra, miró a lo alto y extendió sus ramas formando una sonrisa.

El pajarillo, habiendo escuchado todo, pero sin entender bien lo que esa luz le regalaba al árbol, se acercó hasta él y le preguntó:
¿qué quiso decir con eso de regalarte Paz?
Nada, es solo un regalo...
Pero ¿quienes son esos seres que os regalan cosas tan lindas, que os animan, que os hacen sentir tan bien?, ¿quiénes son? preguntó el pájaro totalmente desconcertado.

Son los Buenos Momentos, dijo la voz del árbol mirando con gratitud la cerilla apagada que se hallaba al pie de sus raíces...

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Entiendo que eres tú quién ahora necesita mucho más que yo un regalo.
Abre los brazos a esos buenos momentos de luz que irán llegando, poco a poco pero irán llegando, te los mereces. Sonríe y no digas nada, haz como el árbol.
Dedicado a Lebana.
Datos del Cuento
  • Categoría: Infantiles
  • Media: 5.55
  • Votos: 208
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
María Eugenia
invitado-María Eugenia 28-07-2005 00:00:00

Primero te digo que es hermoso este cuento. Una oportunidad que todos le debemos a la naturaleza. Sabes ... he visto tu dedicatoria, de haberlo visto antes te habría pedido que me permitieras enviarle mis mejores deseos en él.

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