Mi vecino cuenta que una vez cuando el andaba en Nicaragua tuvo una historia muy aterrorizante. Segun el la hacienda donde el llego a hospedarse estaba enbrujada. La historia empieza cuando el llega a la hacienda con una hambre que lo mataba, el solo andaba en Nicaragua por una encargos que le habian mandado a hacer. Fue entonces que cuando llego a la hacienda se encuentra a una sirvienta y le pide un poco de comida, le explico que solo andaba en ese lugar de visita que ya se iba, que el viaje era largo y no tenia nada de comer por el camino. La muchacha muy gentil lo llevo a una mesa y le dijo que le traeria una sopa que la cocinera habia hecho. El se sentia incomodo en aquel lugar donde todo parecia desolado, todo callado hasta que la muchacha llego con la sopa que le habia ofrecido, lo dejo y se fue a hacer sus oficios. Mi vecino, con que ganas tomo esa sopa, ya cuando estaba apunto de terminarse vio que en la sopa habia un dedo de un niño y al verlo se quedo ingrido, se levanto de la mesa se echo el dedito en la bolsa de la camisa y trato de salir del lugar tan pronto posible, pero todo camino que el llegaba se le cerraba, no allaba salida, de tanto dar vueltas y ver que no tenia salida de aquella espantosa escena se encontro con la muchacha que le dio la sopa y le dijo que no encontraba salida de esa hacienda. Ella se quedo callada por un momento y despues le dijo de que esa hacienda estaba embrujado que todo lo que estaba alrededor de ella le pertenia al diablo, y que hasta las personas que trabajaban alli estaban condenadas con sus almas, y que si el llebaba algo que pertenecia a la hacienda nunca encontraria la salida. Fue asi como el saco el dedito del niño que el llebaba en su bolsa y se lo entrego a la muchacha que luego se lo echo en su delantal. Luego de que el habia entregado el dedo, fue que encontro la salida de aquel laberinto diabolico.