Jugar con mis perros es uno de mis pasatiempos favoritos. Tengo cuatro, 1 Pastora, 1 Fox Terrier, 1 Samoyedo y un cruzado del tamaño de un Pekines. A los 4 les aloca jugar con la pelota, ellos corren tras ella sin importarles lo que tengan delante. Observándoles he aprendido varias lecciones de vida.

Una de las cosas que me he dado cuenta es que, no siempre el que está a la cabeza gana la pelota, ya que en el camino esta puede chocar contra un árbol, la pared u otro obstáculo y desviar el trayecto, por lo que muchas veces el último logra atraparla.

Ellos le tienen fobia al agua, tenemos que pelearnos para lograr bañarlos, pero por la pelota se olvidan de su miedo, meten la cabeza a su balde de agua y hasta son capaces de zambullirse en el mar. Se divierten tanto, que ignoran todo lo que tienen y pasa a su alrededor...

Todos corren tras el mismo objetivo, pero cada uno tiene sus cualidades, posibilidades y maneras de llegar a el.

- La pastora tiene una gran ventaja frente a los otros por su tamaño y velocidad, pero no siempre es la que gana, los pequeños son mas astutos y esperan la pelota a medio camino.
- La Fox es la mas ágil, puede llegar a trepar rejas de 2m de alto utilizando solo sus patas delanteras, las cuales engancha en las barras horizontales de la ventana, llegando a alturas que ni la pastora sería capaz de lograr con su impresionante salto.
- El chusquito, por ser el mas chico, entra en huecos y lugares estrechos, donde el resto no pude. Además es el mas arriesgado, salta desde el techo de la casa por conseguir su meta, por su tamaño parece una tarea imposible y estoy seguro que si no fuera por la pelota no lo haría.
- La samoyedo, tiene la cualidad de ser muy persistente y “fastidiosa” diría yo. A pesar que otro cogió la pelota, ella lo mordisquea hasta que se harte y la suelte, aprovechando para quitársela. También es la que tiene el mejor olfato, cuando escondemos la pelota, casi siempre la encuentra, justo cuando el resto ya estaba por desistir en su intento.

Con esto he logrado reafirmar varias conclusiones que he escuchado o leído y ahora gracias a mis perros lo estoy viviendo en una forma práctica.

- Si no tuviéramos competencia nunca nos daríamos cuenta de nuestras limitaciones ni de nuestras ventajas.
- Sin objetivos en la vida estaríamos tan perdidos como un barco sin radar, ni brújula en alta mar.
- Cada uno debe aprovechar sus ventajas natas, no tratemos de ser lo que no somos, aún cuando nuestras metas sean muy similares, cada uno tiene su manera de llegar a ella y la capacidad de sobrepasar los obstáculos.
- Nunca seamos vanidosos ni autosuficientes, por que la vida da vueltas y no sabemos que puede pasar.
- No nos burlemos de los que están abajo, por que en cualquier momento las cosas pueden cambiar, podemos toparnos con una pared que desvíe nuestro objetivo y favorezca al que está atrás.

Debemos tener nuestros objetivos claros sin tratar de abarcar mucho. De hacerlo sería como estar en la partida de una carrera de autos, con el acelerador al máximo, quemando combustible y malogrando el motor, sin enganchar a primera... ¿Qué pasaría si en vez de una, tirara 10 pelotas?, los perros tratarían de ir tras de todas ellas, pero se verán con la limitante, que su boca les permite contener solo una, se alocarían y dejaría de ser un juego divertido. Además hemos visto que un sueño, un anhelo es capaz de impulsarnos a hacer cosas que parecen imposibles.

Para lograr nuestras tan añoradas metas debemos ser arriesgados, tenemos que perder el miedo. El chusquito de joven era el mas fastidioso, el mas cargoso, por eso, lo subíamos al techo, para que deje jugar al resto. En un principio funcionaba, el tenía temor a la altura, ladraba y se revoloteaba pero no se atrevía a saltar... pero la desesperación y las ganas por alcanzar la pelota hizo que se lanzara. Al principio no podía creer lo que había hecho y me preocupé si tendría alguna lesión, lo que no fue así por que un montículo de arena de construcción, que había en parte posterior de la casa amortiguó su caída. Visto desde el frente es imposible que salte y quede ileso, pero desde otro ángulo resultó ser una tarea no muy difícil.

Si los perros pueden hacerlo, ¿Por qué no nosotros? Cambiemos nuestra percepción de las cosas, nada es imposible, usemos inteligentemente nuestras habilidades y no malgastemos energías en cosas innecesarias... atrevámonos a dar el salto, que siempre habrá algo o alguien que amortiguará la caída o nos ayudará en el camino, zambullámonos en el agua que ella no nos va a ahogar. Como dije en otro artículo, los obstáculos no son tan grandes una vez que los hemos sobrepasado.

En una clase de Gestión Empresarial escuche este mensaje, “Mucho mas importante que la inteligencia, la integridad, la energía y el valor, son las aptitudes de la mente y la acción, que convierten estas cualidades según los estilos individuales, en impresionantes realizaciones”.

Por último seamos susceptibles a los mensajes y enseñanzas que la vida nos entrega. Ella nos da lecciones constantemente, pero muchas veces no le damos la debida importancia y estas pasan desapercibidas...


Kitsutani Kian Hernán
29 / 06 / 00