Aunque Doña Florencia amaba los insectos sinembargo aquel día del 3 de mayo del 2007 cambiaría por completo su amor por los bichos porque sin pensarlo ni desearlo se vió envuelta en el más curioso de los asuntos que pueda suceder a una dama de tan noble alcurnia y deliciosos modales.
Aquel día asistió como una de las invitadas de honor al matrimonio del caballero de la Orden de Malta Don Joan Ferragut i Amengual,caballero que le prodigaba algunos años atrás flirteos acompañados de costosos regalos que ponían en evidencia la debilidad del hombre por esa belleza y armonía corporal que la natura le concedió porque sí,porque así suceden las cosas.
Los sirvientes de la boda cuando la vieron llegar le saludaron con respeto cómo si supiesen de ella por el caballero y anfitrión el cual les ordenó que dispusiesen para ella una mesa cercana a la suya en el jardín de su palacete de la Calle Mirasol en el cual se ofrecía la fiesta de la boda.
-Siga usted Doña Florencia que Don Joan ha dispuesto para usted la mesa cercana a la suya y que tome sus disculpas si por razones ajenas no puede venir a saludarla tan pronto como él quisiese.
Doña Florencia que vestía un traje de satén rosa,pamela y zapatos del mismo color y material del vestido saludó a los sirvientes con contenidas palabras y procedió a sentarse en la fastuosa mesa adornada con rosas de veinte variedades y aromáticos perfumes.
Tan pronto tomó asiento un ejército de atentos sirvientes le ofrecieron vinos,aperitivos y muchos otros canapés que olían a gloria divina.
Doña Florencia que se veía como un oasis en su mesa numerada con el 2 se sentía inquieta porque las demás mesas,125 en total se colmaban de animados tertulios que eran familiares,amigos,socios del caballero y de Doña Graciela de Ramos la prometida del galán caballero.
Para dar cierta tranquilidad a su inquietud de solitaria en la mesa 2 pidió primero un whisky escoses del año 1975,después un vodka ruso del 83,
un champagne francés del 94 el cual fue apetecido además por un brincón grillo que venía desde el jardín a mordisquear a las bellas rosas.Ella en su afán de cuidar al engalanado jarrón que lo era de porcelana de Limoges dió un manotazo tratando de agarrar al vuelo al pillo grillo pero fué tan grande la suerte del saltarín y ágil insecto y tan poca la de Doña Florencia que fallando en su intento terminó arrojando lejos el hermoso jarrón,y las rosas cayeron despetaladas sobre las vestimentas de los vecinos de la mesa 3 y hasta el agua roció como si de hisopo se tratase a los risueños tertulios de la mesa 4.
Todos miraron a Doña Florencia con tal sorpresa y gestos que ésta al verse puesta en el portal de la ridiculez optó por prometer en medio de su creciente borrachera que agarraría al maldito bicho que le había procurado tal desaguisado.Y deshinibida ya de los trajes de la cortesía postiza social y con su espíritu aligerado con los efluvios de las espirituosas bebidas se dió en perseguir al insecto como si de loca se tratase yendo de un lado al otro del enorme jardín dando saltos como si imitase al pillo grillo.
-Daré buena cuenta de ti maldito bicho y prometo comerte si tengo la suerte de pillarte.
Derramó las bebidas de ocho mesas más,hizo rabiar a los dos pastores alemanes que cuidaban la parte posterior del jardín,rompió engarzadaen uno de los rosales gigantes que crecían junto al lago de dos cisnes,su traje de satén rosado y perdió los zapatos con los cuales apuntó y lanzó al bicho que le procuraba semejante desgracia.
Cansada de tanto correr decidió sentarse en el brocal del pozo centenario del palacete y recitando una extraña canción fue lanzando en medio de risas disparatadas primero sus medias que lo eran parisinas,después su traje,su corpiño que había pertenecido a su noble madre hasta que despojándose de todo quedó tal como Dios la trajo al mundo,eso sí,dejando al descubierto las maravillas que la naturaleza le donó maravillas que hicieron levantar de sus asientos a los hechizados varones,duques y nobles que allí estaban los cuales iban al brocal con el pretexto de auxiliar a la borracha y enloquecida dama.
Cuando Doña Florencia los vió venir hacia ella les grito que sólo venían por curiosear sus senos,sus contorneadas y hermosas piernas.!Son como grillos pillos! grito la dama ya enfervecida y como sumida en una locura extraña los llamó para que la besasen pues nadie en el planeta besaba como ella ni hembra alguna prodigaba tan excelsos placeres como ella los prodigaba.
Aquel palacete se convirtió en el palacete de las confusiones,de los celos que flotaban como mariposas en el aire, de los dimes y diretes,de las esposas que acudían presurosas a rscatar a sus maridos de los encantos de la loca,las novias traían arrastrando a sus novios de las pajaritas de seda y sentándolos en sus mesas para que no perdiesen el juicio.
A todas estas llegaron los novios en medio de la comitiva más engalanada que jamás se haya visto en la calle Mirasol y cuando vieron aquel espéctaculo montado en los jardines de su palacio la novia entró en colera y el novio como atraído por un poderoso imán se fue a recuperar a su apetecida Doña Florencia a la cual con ayuda de dos fuertes comerciantes la llevó hasta su habitación porque estaba convencido que había sido desestabilizada por el espíritu de algún truhán fallecido tiempos atrás.La acostó en la cama que esperaba los amores con su prometida que rabiaba.Pidió entonces el caballero que lo dejasen a solas con Doña Florencia pues le ayudaría a recuperar el juicio.
Se hizo tarde,muy tarde y Don Joan Ferragut i Amengual no volvió a salir de aquella habitación y dicen las malas lenguas o las sabias,!vaya uno a saber!,que vieron salir de la habitación al grillo pillo saltando de felicidad de rosal en rosal y que Doña Florencia revoloteó en los aires de la lujosa habitación hasta que logró salir volando en la noche como si de hechizada se tratase.
Dicen las crónicas que jamás en el mundo hubo una boda tan extraña.