Ayer me senté a tomar café con la Muerte, ella estaba igual que siempre (Cada vez que hablamos me sorprende su humor, se rie de todo... - en realidad casi de todo, pero su tema favorito es la vida, de ella se rie con más ganas) mientras hablamos me cuenta sobre su existencia y sus planes futuros.
Todos sabemos que a la Muerte le encanta hablar del futuro, pues es su tiempo más seguro, el pasado es de la vida y el presente en realidad nunca existió.
La Muerte me sorprende con su encanto -es una gran compañera de conversación- tiene una sonrisa hermosa: PLENA desprovista de preocupaciones; mientras reíamos por uno de sus apuntes salpicados de humor, me atreví a hacerle una pregunta que desde hace mucho tiempo me tenía intrigado.
Así que con la confianza que despierta en todos la Muerte, le pregunté: "Querida amiga, cual es la razón por la que al retratarte los pintores han sido tan injustos y te muestran: Calavérica, fria y escabrosa".
Mi amiga sonrió, antes de contestarme, como buscando en su interior una respuesta que se ajustara a mi limitada inteligencia, me dió tiempo para mirar con detalle su rostro: Sus ojos negros, amplios y profundos que reflejan mi cara, sus mejillas hermosas y rosagantes, su piel suave que invita a las caricias, sus labios...
Sus encantadores labios...
Cuando los veo con detalle comprendo porque todos perdemos la vida sin temores, por el gozo de dejarnos sumergir en uno solo de sus besos.
Su voz me arranca de mi embelezo:
"Es tan sencillo de decir como de entender cuando lo piensas, la razón es que mi rostro no existe en realidad, mi cara solo es el espejo de la vida, si has vivido con plenitud, con pasión y fe; eso verás en mí cuando nos encontremos. Pero si al contrario tu vida ha sido vacía, sin sentido y triste, al contemplarme encontrarás la imagen de tus propios miedos" - Calló por un momento- luego sonrió.
Permanecí callado (En algunas ocaciones siento que el mejor canal para comunicarse es: EL SILENCIO)
La ví tomar su café aún humeante, con su sonrisa, luego sin decir nada se levantó, tomó su bolso, me miró otra vez y se marchó.
Yo me quedé sentado un rato más, pensando sobre las palabras de mi amiga; Aún ahora creo que la mejor conclusión para estas líneas esta por escribirse: EN EL SILENCIO.
Tu cuento, es la primera vez que leo algo tuyo. Hace tiempo escribi algo acerca de la muerte, estoy que lo publico y la verdad no le puedo terminar, a veces el final de algo que escribo es lo mas dificil, no se porque. Me gustaria cuando se llegue el dia de ponerlo en el rincon, lo leas. Felicidades!!! Saludos!!