Llega un hombre a la botica, con la mano izquierda palpando el inflamado cachete:
- Buenas tardes, está el boticario?.. Tengo un dolor de muela
- Espere un momento, ya lo llamo
Acto seguido aparece el boticario:
- Que desea caballero
- Amigo me puede hacer el favor de recomendarme algo para el dolor de muelas
- Bueno por aquí tengo un antitusígeno muy efectivo
- Pero, yo no tengo tos, lo que me aqueja es un dolor de muelas
- Le cuento que este remedio se lo indique a una persona que llegó con un dolor de muelas igual que usted, y nunca más volvió, lo cual me hace suponer que el medicamento lo alivió.
- ¿Y porqué usted supone eso?
- Porque es lo lógico, si no lo hubiera tranquilizado, de seguro habría vuelto a reclamarme
- ¿Y si llegó y usted no estaba, o se fue a otra botica?
- Yo no salgo de aquí, pues ésta es mi casa, y además ésta es la única botica que queda por este lugar
- Bueno sea lo que sea, lo que soy yo no le compro ese medicamento
- Problema suyo, seguirá con su dolor
- Mire, y un odontólogo cerca de aquí
- Le puedo recomendar al doctor López, él es muy bueno; no pierda tiempo queda a dos cuadras de aquí.
- Hasta luego, gracias
Llega el hombre al consultorio odontológico
- Buenas tardes, si es tan amable el Dr. López
- El padre ó el hijo
- El odontólogo
- Los dos son odontologos señor
- Entonces, el que conoce al señor de la botica
- Ambos lo conocen señor
- El que atiende los pacientes remitidos por el boticario
- ese es el padre, adelante, tome asiento
Una vez en la silla del consultorio y con la boca completamente abierta el paciente cierra sus ojos y aguanta, mientras empieza el monólogo del odontólogo
- Esta pieza está fracturada, coff coff coff , voy a tratar de salvarla.
- Es usted alérgico coff coff a la anestesia
- Disculpe, tengo tos de perro, no he podido con ella coff, coff coff coff desde hace semanas.
El hombre se levanta de la silla y comenta:
- Ya vengo doctor, espéreme aquí, el boticario tenía razón, debí haber comprado el antitusígeno que me ofreció, espéreme doctor ya vengo, no tardaré mucho, ya vengo.
Y salió rumbo a la botica.