Nuestro poeta Neruda, con seguridad perdonaría mis malas letras por estas buenas empanadas: Siendo las cero seis am, despacio, sin quebrar el silencio del pre despertar el humo fragante de cebolla se abre camino hacia lo alto dándole su sabor a las nubes y bautizándolas emisarias de Empanadas Copa del Sol viajando lentamente sobre los techos quilpueínos, haciendo Pacífico amanecer con el mar viñamarino y porteño. Se suman al recorrido a medida que la cocción avanza los aromas maduros del orégano, comino y pimienta, siendo el ajo y el ají de color suavizando los trocitos de carne los que sellan con mayor voz aquella identidad de la apetecida empanada chilena.
jdp