Grandes guerras se publican en la tierra y en el mar; y al Conde Flores le nombran por capitan general.
Lloraba la Condesita no se puede consolar; acaban de ser casados y se tienen que apartar.
-¿Cuantos dias, cuantos meses piensas estar por alla?
-Deja los meses, condesa, por años debes contar;si a los tres años no vuelvo;viuda te puedes llamar.
Pasan los tres y los cuatro, nuevas del conde no hay; ojos de la condesita no cesaban de llorar.
Un dia, estando a la mesa, su padre le empieza a hablar:-Cartas del conde no llegan, nueva vida tomaras; condes y duques te piden, te debes, hija, casar.
-Carta en mi corazon tengo que don Flores vivo esta.No lo quiera Dios del cielo que yo me vuelva a casar.Dame licencia, mi padre, para el conde ir a buscar.
-La licencia tienes hija, mi bendicion ademas.
Se retiro a su aposento llora que te lloraras;se quito medias de seda, de lana las fue a calzar.
Anduvo siete reinados, moreria y cristianidad;subio a un puerto, miro al valle un castillo vio asomar.
-Si aquel castillo es de moros, me cautivaran, mas si es de cristianos, ellos me han de remediar.
Un caballero a lo lejos vio cabalgar, la condesita por curiosidad fue a mirar.
Mas tarde:el conde al mirarla en aquel traje, cayóse el conde hacia atras.
Ni con agua ni con vino se le pudo recordar, la novia bajo llorandoal ver al conde mortal.
El conde mas tarde al despertar dijo: con ella vuelvo a mi tierra; quedese con dios la nocia vestudita y sin casar;que los amores primeros son muy malos de olvidar