Uno , dos , diez.
Ke falta ke me hiciste, nada es = sin ti, 8 AM. El mensaje me hizo saltar de la cama y al corazón volcarse en mi pecho. Estaba primero en la lista. Lo leí varias veces, emocionada, paladeando cada palabra, entrelazándolas con sensaciones y recuerdos. Ese día, sin embargo, él no llamó, ni el siguiente. De número uno pasó al dos, tres…seis… Lo veía avanzar en la lista, entendiendo que tarde o temprano desaparecería, imposible detenerlo, sólo leerlo, memorizarlo cuando mucho, impotente seguirlo en su camino, inconsciente, hacia su muerte. El día tres ya no estaba, tampoco el recuerdo.