El Gringo
Capítulo 4
“La fiesta sorpresa”
Había pasado un tiempo desde aquella primera misión cuando un domingo suena el teléfono.
Es la señora Carmen Iribarry que dice - Mi esposo quiere hablar con usted personalmente y le enviaremos los pasajes y todo lo necesario para que se llegue hasta nuestra hacienda. Mandaremos a alguien a buscarlo al aeropuerto “La Chinita”-.
Ya me puse nervioso y respondo... – ¡¿Carmen no me diga que secuestraron a otro miembro de su familia?!
La señora Carmen responde presurosa... - ¡No! nada de eso es otro asunto pero queremos tratarlo personalmente.
Jacques - OK de acuerdo, espero los pasajes y voy.
Llegan los pasajes y viajo a Maracaibo. Menuda sorpresa... quien me fue a buscar al aeropuerto era ¡Julieta!
Mientras recojo el equipaje la veo saludándome gesticulando con una mano como si limpiara un vidrio.
¡Mmmmm! Inmediatamente pienso en su lunar.
Retiro el equipaje y salgo a su encuentro. Ella corre hacia mí. Suelto mi maleta y la recibo. Giro con ella atrapada en mis brazos para minimizar el empuje que trae. Ella con sus brazos rodea mi cuello cierra los ojos y me besa. -¿¡Qué hubo Gringo... Cómo has estado!? –Me dice-.
Dejo que sus pies lleguen al suelo y le contesto sonriendo...
- No tan bien como en este momento. ¿Qué es de tu vida? ¿Todo bien?
Ella responde - Esperando el momento de volver a verte.- Bla... bla... bla... piropos van y vienen. Tanto dulce me empalaga.
Viajamos en una 4x4 japonesa por unas cinco horas con algunas paradas para tomar café y comer algo. Tiene una reproductor de magasines con una buena selección de canciones románticas. Ella va cantando... se sabe todas. Me mira de tanto en tanto con esa sonrisa pícara y me invita a cantar. Le respondo que si canto se va a descomponer hasta el motor del carro. Suelta una carcajada.
¡Por fin llegamos!
La hacienda tiene un portón que dice “Doña Carmen”... vamos por via de tierra con árboles a ambos lados... ¡Bonito! me gusta. Una vez en el casco de la estancia noto los detalles coloniales y lo sólida y confortable que se ve la inmensa casa.
La señora Carmen me recibe efusivamente... igual el señor Simón.
Jacques – ¿No es peligroso que sigan viviendo aquí?
Simón – Se estableció un regimiento de la Guardia Nacional... Ya no hay peligro.
Ordenan a alguien del servicio que tome mi maleta y me acompañe a la habitación de huéspedes.
En cuanto el servicio se retira me tiro en la cama vestido y con zapatos. Noto que la habitación es una suite (tiene baño). ¡Maravilloso! Me quedo dormido.
¡Toc... Toc... Toc! Me siento en la cama frotándome los
ojos y digo – Pase... está abierto-.
Es el del servicio – Señor lo esperan afuera en el patio
principal.
Jacques -OK en quince minutos estoy allí .
Me baño y cambio de ropas y voy al patio, fuera de la casa.
¡GRACIAS GRINGO! reza una pancarta.
Familiares y amigos de ellos me reciben con un aplauso. No entiendo nada. El señor Simón tiene un micrófono en la mano y me hace señas de que me acerque.
Voy donde él y dice –Este cumpleaños de Julieta lo estamos festejando gracias a este maravilloso y valiente hombre que la rescató arrasando a todo un contingente de guerrilleros y gritándoles en su cara a cada uno ¡Cobarde!... ¡Desgraciado!... ¡Basura!
Yo no lo puedo creer. Estoy por decirles que están equivocados que eso me lo gritaba a mí mismo pero no puedo porque la señora Carmen me abraza , me da un beso en la frente se da vuelta y ordena que la fiesta comience y unos músicos comienzan a tocar y cantar. Y bueno la cosa se quedó de ese tamaño.
Durante la fiesta noto que un señor me observa todo el tiempo. ¡Mmmmm!... y a éste que le pasará. Estoy bailando con Julieta. La llevo hasta una mesa donde hay bebidas y bocadillos y voy donde el tipo. –Señor quiero que me diga por qué me esta viendo todo el tiempo-
El tipo se presenta... –Señor Gringo mi nombre es William Russel soy Agregado Militar de la Embajada ... y quisiera que habláramos en privado.
Me da su tarjeta con la dirección de la Embajada y varios teléfonos. –Lo espero el próximo miércoles a las 10:00 a.m. ... por favor.
Jacques - De acuerdo señor Russel hasta el miércoles.
Doy media vuelta para irme y me tropiezo con Julieta.
Me mira preocupada y dice -¿Pasa algo Gringo?
Tranquila no pasa nada. Willy y yo nos poníamos de acuerdo... es todo.-
Me disponía a bailar con Julieta cuando llega una amiga. –Soy Mónica... amiga de Julieta. Ella me ha hablado mucho de usted y quería conocerlo. ¡Me lo prestas! – Le dice a Julieta y sin esperar respuesta me toma de la mano y... ¡A bailar!
Mónica es muy sensual y seductora y está desplegando toda su artillería conmigo.
Julieta cruzada de brazos se la come con los ojos. Se pasea de un lugar a otro.
Viene la tanda de música lenta y romántica y Mónica toma mis manos con una sonrisa intrigante y las pone en su cintura, luego con sus brazos rodea mi cuello. Me acaricia la nuca. Se aprieta contra mí mientras mueve su cuerpo como una serpiente al compás de la música. Al girar bailando... ¡Sorpresa! ahí está Julieta... roja de furia. – Antes de que las cosas se pongan color de hormiga yo le agradezco a Mónica por el baile... –Gracias Mónica... muy agradable tu conversación y también tu compañía.-
Me voy con la cumpleañera que se comporta y me cela como si fuese mi novia.
Me presenta a su tía Dalila (hermana menor de la señora Carmen). me saluda con un beso en la mejilla (demasiado cerca de los labios) y una sonrisa de oreja a oreja. – Encantada de conocerlo Gringo- Y así entre baile (con Julieta), tragos y presentaciones se hacen la 1:00 a.m. Me despido de todos y me voy a dormir.
Me doy otro baño, enciendo el aire acondicionado y me acuesto.
¡Toc... Toc... Toc!
Jacques -¡Quién es!
Julieta - ¡Soy yo!
Le contesto _-¡Imposible! si “yo” estoy aquí.-
Julieta -¡Ay no te hagas el tonto y abre!
Abro y allí está con una tacita de té y me dice... –Te la pongo en la mesita de noche y me voy.
Deja la tacita y al darse vuelta se tropieza conmigo. Se queda viéndome con sus manos apoyadas en mi pecho...
Jacques – ¿Vas a darme mi beso de buenas noches?
Ella sonríe.
Jacques –También quiero que me cuentes un cuento, que me arrulles y me cantes una canción de cuna.
Julieta dice –¿Se le ofrece algo más al señor?
Jacques -¡Sí!.. quiero ver tu lunar.
Se sonroja y me suelta.
Jacques – OK... me conformo con la tacita de té... ¡Muchísimas gracias!
Comienzo a tomar el té... ella a desabotonarse la camisa. La miro... me mira... sigo tomando té. Tira su camisa en la cama... lleva sus manos a la espalda y se quita el sostén. Revoleo la maldita tasa no sé adonde y empiezan los besos, la pasión, las hormonas, la adrenalina... cuando todo termina quedo peor que cuando enfrenté a los guerrilleros. ¡Ay mi madre...!
Empezamos a conversar...
Julieta - ¿Cuándo estabas en esa selva... no sentías miedo?
Jacques – Sí, sentía miedo... ¿pero qué remedio?
- Era quedarme a pelear o irme.
- Después que empezó ya no tenía tiempo de pensar si tenía o no miedo.
Julieta – Cuando empezaste con los tiros y escuchábamos que les gritabas “Muere maldito cobarde” supimos que alguien venía a rescatarnos y aunque todos estábamos amordazados... todos rezábamos para que ganaras.
- A decir verdad creía que se trataba de muchos, nunca pensé que eras tú solo.
- ¡TE ESTÁS DURMIENDO!
- ¡Ay... te odio!
Jacques – Creo que esas son solo “palabras”... “también te odio”.
Se viste y se va... me tira un beso desde la puerta.
Ahora que lo pienso no me fijé en el lunar.
Jacques - ¡Oye! Ven aquí.
Julieta - ¿Qué quieres?
Me levanto. Voy hasta la puerta y levanto su blusa.
Julieta - ¿Qué estas haciendo?
Jacques – Nada... solo para “verificar” algo.
Pone su mano en mi nuca y me besa, cierra la puerta y se va.
(Continuará)
LA FIESTA SORPRESA.EL GRINGO 4 (EL GRINGO) Merecía el gringo esta fiesta de cumpleaños y agradecimiento...El lector también,un capítulo como este,para reír,relajarse y disfrutar luego de tanta tensión... Excelente... Ah,creo que va a tener que reincidir,para prestar más atención a ese lunar... Pau 2