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Categoría: Románticos

Te amaré en silencio.

Una mañana de verano me mire al espejo y note que tenía unos cuantos kilos de más que me estaban matando. Sin dudarlo por un segundo me inscribí en un gimnasio y empecé mi rutina con pesas y aparatos. Soy un hombre casado hace 22 años, siempre amé y le fui fiel a mi mujer,por lo tanto no me preocupaba estar rodeado de lindas mujeres haciendo gimnasia. Para mí eran un cuerpo más con una cara bonita, hasta que apareció ella y me dijo.
-Hola lindo, se nota que sos nuevo.
-¿ Se me nota mucho?.Y no me llamo lindo. Mi nombre es Alfredo.
-No te enojes lindo. Es que los hombres acá son todos unos leones, hace rato que te vengo mirando, vos tenes pinta de ser todo un caballero, aparte debes ser el único que tiene la alianza de casado puesta. Acá todos están sin anillos fingiendo que son solteros para conquistar a cualquier ilusa nueva que aparezca.
-¿Siempre sos tan perceptiva?.
-Y vos, ¿Siempre haces tantas preguntas?. Me llamo Carla. ¿Cuántos años tenés?.¿No pareces muy grande?.
-Para vos soy grande, cálculo a simple vista que debo tener 20 años más que vos.
-No importa, se nota que sos un buen tipo.
A partir de este diálogo nos hicimos amigos. Ella era terriblemente hermosa, con su cabello rubio rizado hasta la cintura y su cuerpo estilizado y esbelto. Parecía una diosa griega. Durante meses compartíamos charlas, secretos, y rutinas de gimnasia.
Ella era muy graciosa, bailaba a mí alrededor con sus movimientos plásticos de ninfa griega, su alegría, juventud y risa contagiaban mi espíritu siempre me abrazaba a la vista de todos a lo que yo le decia que me soltara porque nunca iba a conseguir novio estando constantemente conmigo. Ella callaba y con ternura sonreía.
Yo por mi parte empecé a cambiar mi imagen, me vestía más moderno, trataba de parecer mas joven, adelgace, y me sentía otro hombre feliz y radiante.
Hasta que llego el invierno y me enferme de neumonía, y estuve en cama 20 días sin poder verla. Durante ese tiempo sentía que la extrañaba y lo que es peor aún que con neumonía y todo me levante de la cama y empecé a concurrir al gimnasio nuevamente, porque me moría de ganas de verla y escuchar su voz. Cuando ella me vio me miró a los ojos y me abrazo, y yo sentía que el alma me volvía al cuerpo y ahí me di cuenta que estaba en un serio problema “Me había enamorado”.
Llegaba a casa me tiraba en la cama mirando el techo y escuchaba música romántica, pensando solamente en ella. Me fastidiaba si mi mujer me interrumpía, me abrazaba, o me besaba y ni hablar de intimidad sexual. En las noches miraba las estrellas y elegía la más linda para ponerle su nombre. Ella estaba en cada pensamiento mío, era la dueña de mi corazón y yo la amaba en silencio. Yo no sabia como revertir la situación y tampoco quería hacerlo. Una tarde me confeso que tenía novio y que se estaba por comprometer, los celos y la ira se apoderaron de mi pero por suerte me pude controlar, a pesar de sentir que el mundo se derrumbaba en mi interior. Yo la veía tan feliz.Ella cantaba y reía a mí alrededor y comprendí que jamás la podría tener para mí, que sin quererlo me había hecho ilusiones por un amor inalcanzable. Hice un esfuerzo supremo y esa tarde la escuche durante horas hablándome de su novio,de su compromiso,de cuanto lo amaba.A partir de ese día pense en la forma de no verla más. Mi cerebro pensaba una cosa y mi corazón se moría por verla, aunque fuera en compañía de su joven novio.
Mi carácter en mi casa paso de ser de un hombre tranquilo y sumiso a un hombre de mal humor e insoportable. Mi mujer pensaba que estaba cansado y que necesitaba vacaciones, pero yo quería estar solo en una isla. Tenia que suceder algo que me obligara a no ir más al gimnasio. Entonces se me ocurrió la idea.Fui al medico y le dije que me quería operar de los meniscos rotos que hace rato me estaban molestando. Me hice todos los estudios y un día antes de la operación fuí al gimnasio y me despedí de ella diciéndole.
-Me voy de viaje Carla(le dije mintiéndole, para no contarle la verdad de cuanto la amaba)
-¿Me llevas Alfredo?
-No,te vas aburrir. Me voy con mi mujer, aparte vos estas muy bien acompañada con tu novio.
-¿Viste? Es un divino. Cada día estoy más enamorada.
-No se si vuelvo Carla, siento que aquí cumplí un ciclo.
-No digas pavadas, estas muy cansado, trabajas mucho. Ándate de viaje que yo te espero.
En un impulso maldito la abrace con todas mis fuerzas ahogándola en mi pecho donde mi corazón latía desesperadamente, pero no me importaba, ella se pensaba que yo iba a volver y yo sentía que me estaba despidiendo para siempre y al mismo tiempo algo en mi interior se estaba muriendo. Y esa noche en la oscuridad de mi habitación acostado en la cama con mi mujer al lado, llore en silencio como un loco, preguntándome porque me pasaba esto a mí, que había sido un marido ejemplar, porque no tenía 20 años menos para tener una oportunidad de amor con ella y porque este dolor intenso que me desgarraba el alma y no me permitía ser feliz con mi mujer. Pasan los días y aquí estoy operado y tratando de resignarme a este amor imposible y odiar al destino que me jugo una mala pasada por mandarme el amor 20 años después y en el momento equivocado.
Datos del Cuento
  • Autor: euridice
  • Código: 11134
  • Fecha: 04-10-2004
  • Categoría: Románticos
  • Media: 5.9
  • Votos: 115
  • Envios: 6
  • Lecturas: 3016
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
FANNY JEM WONG
invitado-FANNY JEM WONG 30-03-2005 00:00:00

Me gusto leerlo es una buena historia te felicito por ella

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