Tal vez estas sean las ultimas letras de este hombre viejo y cansado pueda escribir en su larga y tormentosa vida.
Comienzo por decir que he sido una persona con un existir turbulento y desgraciado, viví bajo los daños ocasionados por una familia desintegrada y peleada, llena de conflictos que llenaron mi existencia de complejos y desordenes mentales, todo esto me llevo a ser un individuo cruel y sanguinario.
Mi historia comienza en el invierno del 87 tras el infierno que viví después de 28 años de prisión por homicidio, puedo decir que este fue el primero de la serie de crímenes que cometí a lo largo de mi vida.
Esa tarde, caminando por las calles de la ciudad, aquella ciudad que 28 años atrás no recorría, estaba llena de cambios. Como os digo, nunca tuve una familia, no tenia a donde ir y me decidí a quedarme a dormir en la calle.
No se como ni porque ocurrió lo que aquella noche me paso, fue algo tan aterrador que me da miedo siquiera recordarlo.
Me recosté en una de esas tantas esquinas de aquella vieja plaza, tenia frió, hambre y maldecía mi estado. De pronto, de la oscuridad de la noche sentí como una ventisca que helo mi sangre, me incorpore y de las penumbras trataba de divisar que era lo que ocasionaba aquel viento helado, de entre las tinieblas, mire, con asombro y espanto una figura alta, de complexión robusta, que en la mano derecha portaba una espada de un metro y medio mas o menos. Vi como la levanto con ambas manos y la hundió en mi pecho, cosa rara, no sentía dolor.
Después de un tiempo comencé a recobrar el sentido, ya que lo había perdido con lo que había visto. Sentía como si estuviera bajo el efecto de alguna droga, escuchaba a lo lejos gritos y lamentos de dolor, y, mas cerca, risas de lamentos y felicidad. Sentí un calor sofocante, casi asfixiante, de repente, se habré una puerta y se ve un lago repleto de personas lamentándose y gritando, tratando de salir. Estaba aterrorizado, ese lugar era lo mas parecido al infierno, tal vez, fui a dar hay gracias a las malas acciones que había cometido a lo largo de mi vida.
De pronto, desperté, completamente ensangrentado, no acababa de simular lo que había visto, mi primera reacción fue correr hacia una iglesia, buscar un padre, desahogarme. El padre me dijo que había visitado el infierno, que era muy afortunado, que nadie regresa de ese lugar, que si mueres, es para siempre.
Me comenzó a confesar, dijo que todas las personas cometen pecados y había que arrepentirse y me pregunto que si había pecado, solo le conteste confieso que he vivido.
Ahora siento que las fuerzas me abandonan, no puedo siquiera respirar, quisiera descansar en paz con dios y conmigo mismo, estas son mis últimas letras.
FIN
felicitaciones, es un magnifico cuento, se los recomiendo a todos, muy avasallador y emotivo, espero ke sigas escribiendo para disfrtutar de tus creaciones.