nadie habìa favorecido la Reforma religiosa de Alemania. Todavìa en el siglo XVII, era una bomba de tiempo en varìas provincias teutonas. El pueblo alemàn recordaba como su nuevo mesìas escribìa discursos incitadores, ya no solo encontra de las hordas oscuras del papado, sino tambìen encontra del movimiento rebautizante. La simpatia que la clase media habìa demostrado tenerle al luteranismo se trasformo en desencanto. Ochenta años despuès de la muerte de Lutero; Spencer predicaba sobre los males que habìa traido la Supuesta restauraciòn del Evangelio. Dijo supuesta porque el luteranismo no reformò la esencialidad verdadera del Evangelio de Jesucristo. Derramamientos de sangre en todo el Paìs, una ciudad como Mûster quemada. Un enfermo de la mente que habìa pretendido instaurar una teocracia; donde reinaba la lujuria y la deprevaciòn moral. Quienes habìan creado ese grotesco esecenario habìan sido ellos. Spencer, a pesar de ser pastor luterano, encontro que el peor error del movimiento fue perder su sentido original y entregarse a la viceralidad de sus dirigentes. No solo Lutero era el culpable en toda esa falsa espiritualidad, sino Melachton, Grebel, aportaron su granito de arena. El movimiento pietista dentro del luteranismo quiso ser un pequeño parche para tapar las heridas; pero estas heridas ya no se podìan cerrar y cercenar parte del cuerpo putrefacto hubiera acarreado un alto costo social y polìtico. En los paises bajos se formaron iglesias luteranas independientes, que trataron de contrarestar el debilitamiento del Primer movimiento Fideista religioso del Siglo XVI. El Siglo XVII vio fragmentarse "El despertar de Wittenberg" en pequeñas iglesias evangelicas pietistas luteranas, que todavìa se negaban a cortar de raìz con la iglesia oficial. Los esfuerzos fueron inùtiles, pero la amnesia de los dirigentes luteranos no les permitiò ver màs allà de sus narices. El siglo XIX les paso la factura de todos sus errores. Perdieron el control que como iglesia ejercìan en la ciudad de Weimar. El Canciller Otho Von Bismark fue una pieza clave para que varìas provincias alemanas fueran conquistadas nuevamente por el Catòlicismo. Aùnado a esto, el creciente aùmento de varias ramificaciones de la Reforma radical, hizo que los luteranos fueran minoaria en muchas partes de Europa. El Siglo XX, fue el trago màs amargo para la organizaciòn fundada por el antiguo monje agustino y Sajones. Kierkegaar en los ùltimos años de su vida; habìa escrito sobre la corrupciòn que se manifestaba en el luteranismo. Martìn Niemöller lo sintiò en carne propia; cuando dentro de las iglesias luteranas se cantaban coritos a favor del Tercer Reinch. Aquella predicaciòn escrita por Lutero, donde a los judios los llamaba marranos, circulaba por toda Alemania. Los camisas negras y la Gestapo estaban compuestos en su mayoria por luteranos. Miembros activos empezaban a denunciar los escondites judios. Niemöller sintiò toda aquella pestilencia adentro de su organizaciòn. Durante toda aquella pesadilla de la segunda guerra mundial, protesto contra la complicidad de su iglesia en el aniquilamiento de miles de judios. Al acabar la guerra la iglesia luterana le ofreciò un buen puesto a Martìn Niemöller, como pago para que ya no hablara mal de ellos. Pero las heridas que estaban con parches volvieron a supurar. Heridas que ahora son llagas y estan engangrenando toda la piel del luteranismo.