Disfrutando de la bestialidad de nuestro engaño, hemos dejado que tomen nuestra sangre y sueños como propios. Nos hemos dejado manipular por los asesinos de calidad, los estafadores.
Hemos sido convencidos a caer bajo el lodazal de nuevo, escupiendo sobre nuestros propios rostros.
La gran ramera americana se alimenta del miedo… y del petróleo. Y no podemos hacernos de la vista gorda, por que cada ciudadano de un país sudamericano esta obligado a actuar en contra del neo-fascismo en el que esta cayendo el gigante armado del norte.
¿Por qué? Porque somos sus débiles y pequeños satélites, sumisos y dóciles a su mandato. Atados a la deuda. ¿Cuál deuda? Estamos endeudados económicamente, moralmente (ya saben “nos liberaron”) y sexualmente. Nuestras naciones, ricas culturalmente a cambio de la decadente “América del Norte” se han visto sometidas y degradadas a meras esclavas sexuales, dispuestas a atender al llamado del gran padre (padrastro, mas bien) cuando nos necesite. ¿Y que hemos hecho? Poco, y aquello poco ha sido brutalmente reprimido por nuestros propios y sedientos de poder compatriotas, nuestra elite.
Hemos llegado al punto mas bajo, y la culpa es de uno. Porque hemos visto y nos hemos dado la vuelta. Porque hemos percibido el hedor de la carne quemada, el del dinero ensangrentado y el del poder acumulado y no hemos hecho nada, absolutamente nada.
Hemos recibido las cruentas heridas de la lucha y hemos llorado en secreto, callados. Pues digo hoy y lo repetiré mañana y siempre. No estamos destinados a estar abajo, suplicando perdón.
¡Porque la deuda que nos atañen es una falsa! ¡Nos liberan! ¡Ja! Nos esclavizan a su fría y férrea voluntad. Nos tienen en su puño. Serpientes venenosas que hablan mentira, que gritan promesas infundadas, que implantan sueños imposibles. Que nos muestran la utopía para desearla mas ni por el bienestar posible luchan. Intereses personales, eso es todo.
El poder esta en nosotros, antaño catalogado vulgo ignorante, antaño catalogado bestia domada. ¡Somos fuertes, y conocemos la verdad! Como dijo Manuel Acuña: “Ellos son mas grandes por que estamos de rodillas, ¡Levantémonos!