Susana - 5
Capítulo 5 “... de mi propia medicina.”
Domingo 16:00 hs. Mi cita acostumbrada con Susana.
Hoy salí sin comer del restaurante para compartir el almuerzo juntos.
¡Caramba! 17:15 hs y no vino.
Bueno si la sigo esperando voy a juntar el almuerzo con la cena. Mejor la llamo.
Joaquín - ¡Hola! ... ¿Susana?
Ella - ¡Si! ... ¿Quién es?
Joaquín - Soy tu novio... ¿quién más?
Ella - ¿Mi novio?
Te estás haciendo la “tontita”, pienso.
Joaquín - ¡Perdón! Parece que equivoqué el número... ¡Disculpe!
Le corto.
Voy a la heladera a ver que hay.
¡Maldición! ... no me gusta cocinar para mí solo.
Consigo fiambres y quesos así que... sándwiches con refresco.
Me siento a la mesa, preparo el sándwich.
Suena mi celular...
Joaquín - ¡Hola!
La voz al otro lado - ¡Hola! ... Joaquín, soy Susana... ¿Tú me llamaste hace un rato?
Joaquín - Yo llamé a tu número pero me atendió alguien que no me conoce.
Ella - Pero claro que era yo. Pregunté quien era porque estaba esperando una llamada de Carlos que me invitó a almorzar...
Joaquín - ¡¿De Carlos?! ... ¿y quién es ese?
Ella - Un pretendiente que tengo.
Joaquín - ¡¿Cómo?! ... a ver si me lo explicas. ¿Me estas diciendo que te vas a almorzar con un fulano que te pretende?
Ella - Bueno, como yo no tengo novio...
Joaquín - ¿Pero será posible? ... pensé que tú eras diferente... pensé que...
Pienso... un palazo tras otro... ¿Quién aguanta?
Ella se da cuenta que “algo” me sucede - ¡Joaquín...!
Joaquín - ¡Está bien! ... disfruta el almuerzo y espero que valga la pena.
Ella - Pero... ¿Qué me estás queriendo decir?
Joaquín - Tú sabes lo que te quiero decir...
Cierro el celular...
¡Maravilloso! ... ella con otro... es mi karma.
Me acuesto en el sillón largo y enciendo la tele...
Cambio de canal cada cinco segundos...
Media hora después no vi nada, no escuché nada y no puedo concentrarme en absolutamente nada... apago la tele.
Me paro y voy al reproductor de CD.
Pensando... ¿Pero qué se cree ella? ... ¿Pensará que todos son como yo? ... ese desgraciado se le va a tirar encima en la primera oportunidad que tenga... con ese cuerpo que se gasta.
¡Listo! El CD puesto... me voy a la terraza.
Se escucha una tonada vaquera... “¡Oh! Susana ¿qué voy a hacer sin ti? ...
Cierro mis ojos... meneo la cabeza (negando)... me resigno, miro hacia el lago.
¡Ding... Dong!
La puerta se abre... es Susana (ella tiene llave).
Joaquín - ¿Qué haces aquí? ... ¿No tenías una maldita cita con no sé quién?
Ella sonriendo pasa y cierra la puerta - ¡Aaaaah! ... Estás celoso.
Joaquín - ¡Ni sueñes! ... que ocurrencia. Estoy furioso que no es igual.
Ella - Bueno... estás celoso.
Cierro los ojos buscando la calma... estoy que me la como cruda.
El reproductor de CD salta a otra pista... “Me dijo que me amaba y no era verdad... No era verdad... ella mintió... ella mintió”...
Ya no aguanto - ¡Voy a acabar con el maldito reproductor! ...
Camino iracundo hacia el reproductor.
Ella - Joaquín... ¿Quieres tranquilizarte?
Joaquín - Es que este desgraciado tiene mente propia... me está diciendo estupideces desde hoy.
Ella - ¡Cálmate! ... ¿Si?
Joaquín - ¡No... No y no! ... no puedo calmarme y no quiero calmarme. Estoy más furioso a cada instante y será mejor que te vayas o llegarás tarde a tu cita.
Ella – Bueno, puedo almorzar contigo porque él llamó para decirme que mejor cenamos en su casa.
Joaquín - ¡¡¡¡QUÉ!!!
Cierro los ojos negando con la cabeza – Dime… ¿tú realmente no te das cuenta de por qué cambió el almuerzo por cena íntima?
Ella (haciéndose la ingenua) - ¿Para estar más y tranquilos?
Joaquín - ¡¡¡PERO QUÉ TRANQUILOS… QUIERE CENARTE A TI… ¡¡¡¡MALDICIÓN!!!!
Ella – Pero… no grites… no te pongas nervioso. Él realmente es una excelente persona… muy respetuoso… muy…
Joaquín - ¡Está bien… está bien! … haz lo que quieras.
Me voy a la terraza.
Ella se acerca... me abraza por detrás (siento sus senos en mi espalda).
Joaquín – Vete cuando quieras... supongo que no es tu culpa. Es mi maldito karma.
Ella – Él no es como tú crees… él es un caballero.
Joaquín – ¡Claro!... Seguramente es como tú dices. Es que yo soy un malpensado… ¡eso es!
Me dice al oído (susurrando) - ¡Estás celosísimo!
Joaquín – No estoy celoso, estoy preocupado por ti. Es que tú eres una ingenua… ¡mira el cuerpo que tienes!
Ella - ¿Tú crees que a él le guste mi cuerpo?
Yo (dándome la vuelta y tomándola de los hombros) - ¡Puedes apostar a que sí!…
Me voy a sentar al sillón largo resignado… ella sigue mis pasos.
Joaquín - ¡Susana!... en mi mesa de luz hay un “paralizante”. Ve por él. Si algo se saliera de control tendrías al menos una oportunidad… vete y disfruta tu cena.
Ella - ¡Gracias! El domingo que viene te cuento.
Joaquín – Prefiero no saber… vete de una vez.
Ella – Él tiene fama de mujeriego… pero yo no lo creo.
Joaquín - ¡¡¡¿¿¿MUJERIEGO???!!!
¡Ay! ... A mí me va a dar algo.
¡Mira! … Tú eres muy inocente… pero que muy inocente. Vas directo a la boca del lobo.
- Mira “Caperucita”, el domingo que viene puedes volver a cenar con el fulano... ¡Adiós!
Ella - ¿Crees que él intentará “seducirme”?
Joaquín - ¡Adiós”… te fuiste… ¡Chao!
Ella – Yo creo que estás exagerando los “celos”.
Joaquín - Voy a cometer un “mujericidio” si sigues diciendo eso... sigue soñando... sigue... sigue.
Se aproxima con una sonrisa pícara cruza sus brazos en mi cuello y apoya sus senos en mi pecho – Estas colorado como un tomatito… ¿estas enojado?
Joaquín - ¡Claro que no! … ¿Por qué habría de estarlo? … Bueno… ¡Sí! … Digo…¡No!
- ¡Maldición… te odio!
Ella - ¡Hoy cocino yo!
Joaquín - ¡Maravilloso! … el tipo te invita y tú tienes que cocinarle.
Ella – Voy a cocinarte a ti… a mi “tomatito”.
Joaquín – Pe…pe… pero... ¿Y tu cita?
Ella - Nunca existió tal cita. La inventé para ver tu reacción.
Joaquín (con tono circunspecto) – No me sorprende en lo absoluto… lo supe todo el tiempo (no me lo creo ni yo).
Me da un beso corto y cierra su abrazo con su cara al lado de la mía y siento los movimientos de su estómago… se ríe en silencio.
No puedo evitar que me asome una estúpida sonrisa... trato que no me vea.
Ella - ¿Ves? ... ya te estás sonriendo...
Joaquín - ¿Quién... yo? ... ¡No sueñes!
Echa su cabeza hacia atrás, me mira y me besa.
Yo, que hasta el momento no la abrazaba, también la beso y la aprieto contra mí.
Estamos así… un beso tras otro.
Ella separa sus labios de los míos y me dice - ¿Sabias que es la primera vez que nos besamos?
Joaquín – Interesantes tus estadísticas… (La sigo besando).
Pienso… ¡Ay! Que ganas que tengo de… Control Joaquín… tú puedes… tú puedes…
Ella – Mejor voy a cocinar…
Joaquín - ¡Sí!… mejor… ¡Qué calor… pero qué calor!
Ella sonríe, saca cosas de la nevera... sigue sonriendo.
Joaquín - ¡Mira! ... ¿De qué te ríes tú?
Ella - ¡Cállate! ... y ve a poner un CD.
Joaquín - ¡Mhmmm! ... Esa frase... esa frase... Juraría que escuché eso antes.
Pongo un CD romántico.
Me acerco y la abrazo por detrás - ¿Quieres que bailemos un poquito?
Ella - Después... se va a quemar el sofrito.
Joaquín - ¡Otra vez! ... estoy seguro que escuché eso antes.
- ¡Oye! Tú no eres vengativa... ¿o sí?
(Continuará)
El cuento tiene un buen argumento, refleja la confianza, que no se puede perder tan fácilmente.Y por supuesto que hay que saberlo hacer porque las reacciones a veces son tan ràpidas que puede causar algún daño. Sigue con la segunda parte, felicitaciones.