Una vez y muchas más mis ojos pudieron contemplar la silueta de una benevolente muchacha, acompañando mis retraidos pasos en aquellas tardes inolvidables donde el desaforado sol emitía sus rutilantes rayos, lo mas penoso de todo esto era no poder contemplarla en las noches pero la idea de saber que estara conmigo al amanecer era mas que suficiente para mitigar el dolor que causaba su ausencia, además por mas larga que sea la noche siempre hay un amanecer y cuando esté llegue estará de vuelta a mi lado mi dulce amiga, y asi una vez más estaremos juntos en las tarde calurosas mi sombra y yo esperando que alguien forme parte de nosotros.