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Categoría: Terror

La noche que no debí salir

Tomé las llaves del auto y me alejé de casa. Susana lloraba maldiciéndome e implorando que volviera. Pero yo estaba demasiado violento como para intentarlo. Esa noche no dormiría con ella. La discusión había sido tan cruel que no tenía ganas. De otra manera, me hubiese quedado y no hubiera salido a medianoche por ese barrio tan tenebroso.
Fumando un cigarrillo, repasaba los pormenores de nuestra pelea, cuando el auto se detuvo. "Cierto, ¡el motor venía fallando!" recordé, y me bajé de mi vehículo.
Después de un inútil intento por hacerlo arrancar (no soy mecánico) abandoné mi patrimonio y comencé a vagar por los alrededores.
Estaba en un parque que no conocía, demasiado mal iluminado. Los juegos estaban destruídos y escritos con grafittis de aerosol con innumerables leyendas urbanas. Yo no tenía miedo hasta que los ví.
Eran alrededor de siete muchachos llevando a una chica dede unos veinte años hasta una hoguera.
Sus risas eran escalofriantes y no tardé en entender que sucedería. Era algo monstruoso. ¡La iban a arrojar al fuego! Quise oponerme, pero el miedo me delató.
-¡Miren, un testigo!
La voz de alarma se hizo oír y fuertes brazos me atraparon.
El líder del grupo me miró con siniestra sonrisa.
-Un testigo que debe morír.
Le supliqué que no lo hiciera, que tenía hijos y esposa, pero eso solo lo enfervorizó.
-Está bien. Te perdonaremos si hacés algo por nosotros.
-¿Qué cosa?
-Que comiences la ceremonia del sacrificio cortando un trozo de carne de ella y arrojándolo al fuego.
-Me niego.
-Entonces los dioses tendrán dos sacrificios y no uno. - aceptaron.
Me daba espanto la idea, pero le pedí la daga ritual al líder. Con temblorosa mano lo acerqué al aterrado rostro de la joven...
Pero lo giré hacia uno de ellos, cortándolo en la cara. Eso los desconcertó y la muchacha corrió en una dirección. Yo, en la otra. Jamás la volví a ver y aunque ellos me siguieron no pudieron alcanzarme.
Sé que se hicieron dueños de mi auto y conocen mi identidad. Mi esposa y mis hijos están viviendo en Rawson por seguridad pero yo sigo trabajando en el Gran Buenos Aires. Que esta carta sea testimonio de que si en los diarios aparece la noticia de que el farmacéutico Silvio Farías ha muerto asesinado, seguramente es por que Ellos pudieron terminar lo que empezaron esa noche.
Datos del Cuento
  • Autor: No Sugar
  • Código: 7919
  • Fecha: 24-03-2004
  • Categoría: Terror
  • Media: 5.21
  • Votos: 63
  • Envios: 4
  • Lecturas: 2835
  • Valoración:
  •  
Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
Tania Helen Baltazar
invitado-Tania Helen Baltazar 15-10-2005 00:00:00

Hola,sabes ralmente espero que si sea un cuento, y sea fictio, por que tan solo pensar lo que te ubieran hecho a ti y a esa muchacha me estremesco, por otra parte me encanto. Da mucho en que pensar...... aTTE: HELENCITA

Miau
invitado-Miau 17-04-2004 00:00:00

un excelente cuento. Muy bueno. sigue así. Me gusto mucho este cuento.

Alev
invitado-Alev 27-03-2004 00:00:00

Buen cuento, pero tengo una pregunta ¿algo de eso es cierto o todo pertenece al mundo de lo ficticio?.

Marius
invitado-Marius 25-03-2004 00:00:00

tus cuentos no sugar, son excelentes, ojalá sigamos viendo mas de ti pronto

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