Esta historia está basada en hechos reales, los cuales han sido recreados.
(Este es mi humilde homenaje a todas aquellas Pequeñas y Medianas Emresas, que estàn tratando de salir adelante en este, nuestro querido paìs, devastado por los inescrupulosos manejos de muchos de nuestros funcionarios)
Todo el mundo le decìa a Abel que esa era una empresa quijotesca, que no fuera crèdulo, que era un romàntico y un bohemio empedernido, que no se podìa hacer negocios con el corazòn, que había que ser frío, material, inflexible, que cuando le llegaran las cuentas no iba a poder pagarlas con palabras, que iba a necesitar dinero.
Abel no era ningùn tonto y sabía perfectamente todo esto; no obstante estaba muy entusiasmado con la posibilidad de armar una PYMES.
Su entusiasmo contagió a algunos familiares y amigos que pusieron el hombro para montar aquella empresa; no solo pusieron su esfuerzo personal y sus ganas, sino que aportaron el dinero necesario -aquel que les habían pagado cuando los habían "invitado" a retirarse, el dinero producto de màs de 20 años de trabajo- para que aquella ilusiòn comenzara a crecer... y creció, pese a los pocos benèvolos comentarios de algunos.
El lugar comenzó a llenarse de gente que iba a comer y hacía la propaganda boca a boca, por el cordial trato que se les dispensaba; todos los visitantes se sentìan como en familia, y quienes habían armado la empresa -padres, hijos, abuelos- estaban intensamente comprometidos con el trabajo.
En uno de mis esporádicos viajes hace 4 años decidì cenar en aquel restaurant, ya que tanto me lo había recomendado, y comprobè por mì mismo lo que me habían comentado.
Ayer, cuando lleguè de nuevo al paìs, fui nuevamente a almorzar, pero... flotaba algo en el aire, algo intangible que no entendìa, que no me podìa explicar; notaba algo raro, no sabía muy bìen què; era el mismo restaurant y no era el mismo; ¿que había pasado?
Una vez que indaguè la explicaciòn me resultó muy sencilla; el restaurant se había incenciado -no se supo si intencionalmente- y un poderoso empresario había puesto una fuerte suma de dinero en èl; claro que... a través de acciones.
Aquello había dejado de ser una PYMES; ahora era... un negocio.
En mi pròximo viaje buscarè otro restaurante para almorzar.
Estela Passaglia
Mas que un cuento, parece una cronica. Por eso opino, porque asi , estamos cambiando. Luego tendremos nuestro propio PRI por 70 años. No hay problema, los medios aprovechando la falta de ilustracion de la gente , nos convence mediante la propaganda que estamos en jauja. Le suena familiar. (menos mal que Ud está alla, no aqui.)