Aún se podía contemplar en el vasto firmamento algunas nubes que deambulaban circuncidando al eximio sol, al menos hoy nadie presagiaba un cielo encapotado, aunque de manera súbita se atesto de nubes y ya no ostentaba ese color tan llamativo sino que se tiño con uno menos encantador, tomando un aspecto más lóbrego, para después expeler lágrimas de aquellas que impregnan la faz de la tierra y hacen meditar a uno sobre su causa, quizás aquellas nubes responsables de este acaecimiento percibían el dolor interior de aquel retraído ser quien se complacía con la felicidad de otros, y enternecidas lo hicieron para acompañar sus lamentos para que finalmente no este tan solo. Después de este suceso se podía divisar entre el gentío su endeble silueta aunque estaba acompañado por algunos que pululaban por esos lugares se sentía solo, pues lo único que hacia era conversar con su yo interior además aquel zagal aunque no era un adonis a los incrédulos ojos de aquellos que solo ven lo exterior de uno era una persona sublime, con un excelso corazón dispuesto a dar todo de sí por alguien que lo comprenda. En el alba con sus ojos aun somnolientos observaba como el esplendoroso sol volvía con sus rayos refulgentes para iluminar el sombrío paisaje que nos había dejado la abominable noche, entonces entendió que no importa que el panorama se ha desolador pues la luz de la esperanza acabara con la oscuridad que sojuzga. En el amanecer del día siguiente los refulgentes rayos del desaforado sol auguraban un día esplendido para aquel desventurado muchacho, horas después ya en el atardecer de aquel día sus lánguidos ojos se arrobaron al observar entre el tropel la fisonomía de una esbelta joven, sin duda percibió el contraste que impera cuando comparas a la persona que amas con las demás, aunque la distancia del encuentro era mínima, el de sus corazones era inconmensurable. Después de este suceso sintió como de repente sus obcecados ojos comenzaron a ver la vida de otra manera, quizás no le importaba que las esperanzas sean mínimas, lo único que le interesaba era la idea de haber encontrado en su aciago sendero una esplendorosa flor capaz de trocar su atribulado rostro por uno mas risueño. Días después aún se le podía ver embelesado tal vez cavilando en ese sublime momento es por eso que la felicidad lo sumergía en el océano de las ilusiones no por que su sueño se iba a ser realidad sino que por fin sabía lo maravilloso que era el amor, cansado de ocultar lo que sentía decidió contárselo a alguien a quien el creía un verdadero amigo, desde entonces su vida se ciño de burlas pues aquel en quien había confiado se lo contó a la gente que le rodeaba y en ese ambiente hostil solo había una persona que le interesaba, le daba igual si se mofaban de él después de todo ya estaba acostumbrado a ese trato, lo mas seguro era que el desdén de aquella soberana de sus sueños si seria un verdadero suplicio. Sucedió que a pesar de los vilipendios aún no perdía las esperanzas y es que había percibido en aquella muchacha la bondad que estaba furtivo en lo profundo de su ser, por hados que rigen nuestras vidas no le iba a ir tan mal pues experimentaría lo mirífico que es tener su amistad, posiblemente era un hermoso regalo para él, pero aún tenia que soportar las burlas de aquellos que solo ven con los candorosos ojos lo superficial de uno mas no perciben con el corazón los sentimientos mas sublimes que permanecen ocultos en él.
Los días pasaban dejando en el amartelado muchacho nostalgia, con mucho ímpetu afrontaba su abominable realidad, se esforzaba muchísimo por mejorar su manera de ser, hacia todo lo humanamente posible para cambiar, su esmero y dedicación se podía sentir en cada uno de sus actos, así que cada día en las postrimerías antes de acostarse y eximido de este ajetreo con voz apocada decía: ¿valdrá la pena?
No sabia si todo este sacrificio tendría su recompensa pero después de todo se sentía feliz con lo que hacia, nunca antes lo había percibido entonces comprendió que la vida tiene sentido si tienes una meta que alcanzar o si tienes algo que te inspira a no darte por vencido fácilmente, así que los días pasaron dejando a dos grandes amigos aunque eran diferentes pues uno era hosco, insípido en la manera de expresarse además exhibía un astroso cuerpo, en cambio la otra refinada, facunda y muy sociable, sin mencionar que poseía una esbelta fisonomía, pero en el fondo, muy en el fondo eran iguales, y por supuesto él avalado por esta ventaja no perdía el tiempo para cortejarla. En este desvarío en la que estaba inmersa aquella cándida joven a causa de las pretensiones de aquel insolente muchacho, pensaba si seria correcto darle una oportunidad es así que en esta disyuntiva optaría por aceptarlo por lo que sus amigos se encontraban escépticos al enterarse de esta decisión, entonces ella confundida con afligidos ojos y balbuceando decía: ¿valdrá la pena?
Se complementaban bien pero nadie se atrevía a presagiar una relación que vaya muy lejos de una simple amistad, lo que finalmente sucedió y como era de esperar fueron la bocana favorita de los lenguaraces especialmente de los familiares de aquella muchacha quienes se burlaban de gran manera, en este suceso nadie estaba de acuerdo es así que en este umbroso panorama solo se observaba entre el hacinamiento a dos seres cuyas siluetas iluminaban aquel opaco lugar, oscurecido en gran parte por falta de amor pues es ella quien da luz a los ojos para no tropezar con los óbices que hay en el arisco sendero de la vida. Muchos años transcurrieron regalando dicha, comprensión y mucho amor, a cada instante sentían como la felicidad los anegaba desde que el inconmensurable sol emitía sus primeros destellos hasta que expelía sus postreros rayos, pero el destino no iba ser con ellos benevolente ya que algo cruel les deparaba a pesar de que en este hermoso idilio no se podía vaticinar un trágico desenlace, además la terrible enfermedad que acechaba a la excelsa joven paso desapercibido por mucho tiempo es así que confirmado esta terrible noticia y sumidos en este problema las atingidas esperanzas se esfumaban conforme pasaban los dias pues padecía de una grave enfermedad del corazón, sus familiares anegados en melancolia no escatimarían esfuerzos ni menos dinero además eso era lo de menos pues la vil riqueza no tiene nada que ver en este asunto, se podía salir airosos pero para eso se tenia que apelar a una alma caritativa ya que la única solución era un trasplante de corazón, seria un arduo trabajo encontrar un donante pero a pesar de ello nadie pensaba claudicar aunque tenían que luchar contra el tiempo. Es así que después de que habían hecho todo lo humanamente posible los parientes de la desafortunada joven afligidos se preparaban para lo peor, impotentes con ojos acongojados y entre plañidos veían a su engreída postrada en su lecho de muerte. En esta desolación donde el silencio impera desde que todos cavilaban en la resignación solo se complacía la muerte que por unos momentos pensó que había vencido sobre el amor.
En esta vicisitud el atribulado muchacho meditaba en todos aquellos miríficos momentos que había pasado a su lado, además percibió bondad en aquellos seres con quienes tuvo que lidiar para que su sueño se haga realidad, se conmovió al vislumbrar esfuerzo y perseverancia por mas que las esperanzas eran mínimas es así que se compadeció de ellos, es por eso que el ultimo día llego pero no todos se habían dado por vencido aun había entre la multitud un ser generoso que estuvo dispuesto a dar lo mas maravilloso que poseía, su corazón.
En el horizonte ya se podían distinguir los primeros chispazos entre las aglomeradas nubes, la alborada con su súbita aparición nos hacia recordar que el fatídico día había llegado, ya casi nadie cavilaba en su recuperación pero aun se podía divisar entre la muchedumbre la sombra de un denodado ser deambulando entre los pasillos del hospital, aletargado por no haber dormido bien pensando en esta fecha en donde la frase “te entrego mi corazón” se hará realidad enlazando dos vidas diferentes a los ojos de los seres humanos pero iguales a los ojos de Dios, además en este devaneo el vespertino atardecer se asemejaba pues la umbrosa noche asolaba después de que los fulgores que nos iluminan la vida son consumidas por la inevitable muerte.
Sus familiares acurrucados estaban en aquella morada donde la malhadada joven había pasado los momentos más felices de su vida, preparados en gran manera para esperar en la postrimerías de aquel día la desagradable noticia que fuera capaz de incitar a sus ojos al plañido, es así que en aquel aposento donde el silencio sojuzga, la parentela fueron objetos de una sorpresa, anonadados supieron que no había fallecido, embargados de felicidad y con desbordante alegría en sus semblantes se fueron donde aquella joven cuya vida había sido redimida por aquel muchacho que ella misma alguna vez considero desagradable, ahora la algarabía señoreaba a todos quienes en su dicha se habían olvidado de aquel ser que ellos aborrecían y que había dado su vida para salvar la de ella, pero a pesar de ello en aquel aposento donde triunfo el amor con la heroicidad del muchacho aun se podía contemplar una sonrisa en su cuerpo inerte, sin duda se sentía feliz y lo reflejo hasta el ultimo instante quizás nunca pensó hacer feliz a tanta gente, es así que este donde este yo se que decía: Valió la pena.
Por casualidades que uno no entiende aquellos seres tan disímiles hicieron de este mundo un lugar donde lo maravilloso se encuentra en los sucesos impredecibles, donde la felicidad no se encuentra en el ser que aman tus ojos sino tu corazón.
En verdad valio la pena leer este cuento, megusto sobre todo el final, de lo mejor.