Un leñador estaba en el bosque talando árboles para aprovechar su madera. Apareció entonces un anacoreta y le dijo:
- buen hombre, sigue adelante.
Al día siguiente, el pastor recordó el consejo del asceta y decidió penetrar más en el bosque. Descubrió entonces un conjunto de árboles de madera de sándalo, que es más valiosa. Días después, una vez más observó la sugerencia del anacoreta y decidió penetrar aún más en el bosque, lo que le permitió hallar una mina de plata. El leñador se habia enriquecido, pero aún así recordó las palabras del asceta: (sigue adelante), y decidió ir más adentro del bosque, con lo que encontró una mina de oro y se hizo definitivamente rico.