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Categoría: Urbanos

Senilidad

No voy a escribir mucho esta vez. Solo voy a describir lo que vi. En la ciudad pasar las vacaciones era muy malo: ruido, movimiento exagerado de personas, menos paz, el aire contaminado, entre otras cosas desagradables para uno que quiere un poco de silencio y paz. El mejor lugar para pasar las vacaciones y cerca, era en el campo alrededor de la cuidad. Bueno, así pensaron esta pareja de ancianos que después de tanto trabajar en sus vidas, tuvieron al fin el descanso de la tan anhelada jubilación. Eran dos ancianos varones uno de 74 años y el otro, su primo, tenía 72 años. Juan era el mayor y José el menor. Como relato eran primos y por suerte, habían trabajado juntos durante más de treinta años, así que se conocían mucho porque realmente eran buenos amigos. Así como buenos amigos que eran decidieron comprarse una pequeña casa en el campo y pasar ahí sus últimos años. Bueno llegaron, y en la casita habían tres habitaciones: una era para la cocina y el comedor; y los otros eran dos dormitorios. Bueno, cuando llegaron Juan se metió de pronto a su dormitorio, y arreglaba sus cosas en ese lugar; José también arreglaba sus dormitorio pero acabó más rápido que Juan, así que decidió arreglar la cocina. Pasó unas horas y Juan no salía; llegó la noche y tampoco salía. No le pareció de importancia a José así que se fue a dormir.
Un día al ver que Juan no salía, José decidió llamar a la policía, porque cuando entró al dormitorio de Juan este había desaparecido. Bueno, la policía vino y pensó en encontrar el cadáver de Juan o algo, y se dieron con la sorpresa de que Juan no era simplemente un cadáver, era un esqueleto humano. Claro, es que habían pasado 2 años desde que Juan se metió al dormitorio, y José explicaba: _ Es que no quería entrar, porque conozco a Juan, y pensé que quería estar solo_ Bueno, la policía determinó que pasó así como cuenta José, y determinaron también que el anciano tenía demencia senil así que no le impusieron ningún cargo. Juan falleció de un paro cardiaco en el momento que José había decidido arreglar la cocina. Finalmente con esto quiero decir que la mejor profilaxis para la demencia senil es: La lectura diaria y el pensar.
Chelo
Datos del Cuento
  • Categoría: Urbanos
  • Media: 4.22
  • Votos: 45
  • Envios: 1
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