hombro.
—Bienvenido, Patrick —dijo Nick con frialdad.
—¡Vivos! —dijo sir Patrick, al ver a Harry, Ron y Hermione. Dio un salto
tremendo pero fingido de sorpresa y la cabeza volvió a caérsele.
La gente se rió otra vez.
—Muy divertido —dijo Nick Casi Decapitado con voz apagada.
—¡No os preocupéis por Nick! —gritó desde el suelo la cabeza de sir Patrick—.
¡Aunque se enfade, no le dejaremos entrar en el club! Pero quiero decir..., mirad el
amigo...
—Creo —dijo Harry a toda prisa, en respuesta a una mirada elocuente de Nick—
que Nick es terrorífico y esto..., mmm...
—¡Ja! —gritó la cabeza de sir Patrick—, apuesto a que Nick te pidió que dijeras
eso.
—¡Si me conceden su atención, ha llegado el momento de mi discurso! —dijo en
voz alta Nick Casi Decapitado, caminando hacia el estrado con paso decidido y
colocándose bajo un foco de luz de un azul glacial.
»Mis difuntos y afligidos señores y señoras, es para mí una gran tristeza...
Pero nadie le prestaba atención. Sir Patrick y el resto del Club de Cazadores Sin
Cabeza acababan de comenzar un juego de Cabeza Hockey y la gente se agolpaba para
mirar. Nick Casi Decapitado trató en vano de recuperar la atención, pero desistió
cuando la cabeza de sir Patrick le pasó al lado entre vítores.
Harry sentía mucho frío, y no digamos hambre.
—No aguanto más —dijo Ron, con los dientes castañeteando, cuando la orquesta
volvió a tocar y los fantasmas volvieron al baile.
—Vámonos —dijo Harry.
Fueron hacia la puerta, sonriendo e inclinando la cabeza a todo el que los miraba, y
un minuto más tarde subían a toda prisa por el pasadizo lleno de velas negras.
Quizás aún quede pudín —dijo Ron con esperanza, abriendo el camino hacia la
escalera del vestíbulo.
Y entonces Harry lo oyó.
—... Desgarrar... Despedazar... Matar...
Fue la misma voz, la misma voz fría, asesina, que había oído en el despacho de
Lockhart.
Trastabilló al detenerse, y tuvo que sujetarse al muro de piedra. Escuchó lo más
atentamente que pudo, al tiempo que miraba con los ojos entornados a ambos lados del
pasadizo pobremente iluminado.
—Harry, ¿qué...?
—Es de nuevo esa voz... Callad un momento...
—... deseado... durante tanto tiempo...
—¡Escuchad! —dijo Harry, y Ron y Hermione se quedaron inmóviles, mirándo