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Decisiones...

- ¿Qué puedo decir?

- No te preocupes que yo pondré la palabra en tu mente...

- Pero, y cuando se me presenten las masas perdidas y tenga que gritarles mas fuerte que un rayo, ¿estarás siempre a mi lado?

- Te lo prometo, estaré...

- Siempre he dudado de mí mismo, sobre todo cuando se trata de mujeres y de dioses, me siento como, mas pequeño que una lagartija, me siento como esos perros tras el sentido de su olfato... ¿Serás siempre tú, aún así...?

- El primer paso es tuyo; los otros, míos.

- Nunca tendré que errar, siempre seré un acierto, aunque millones de almas acudan a mis sueños pidiendo que les hable de ellos a los vivos... Me pongo a pensar en todo esto, y me digo: ¿que diablos hago estando vivo, soy acaso un correo, una espada que corta la modorra de toda criatura?

- No temas que esos son pensamientos, sentimientos, pequeñas plumas animadas que navegan sin sentido, sin destino en el mar de una eternidad que llevas escondida en el centro de tu existencia.

- Temo lo que dices, y, te temo... ¿No estaré dentro de un sueño, de esos que no sabes cómo salir, mas que gritando y sudando sordamente sobre las sábanas de un apestoso lecho?

- Es bueno que temas tu ignorancia, pero debes de saber que eres todo aquello que sueños y fantasmas anhelan ser. Debes de ir más allá de todos tus deseos... Debes de coger la mano que te tiendo desde que te conté el secreto de toda criatura... Es tu aliento el lazo de te une a la vida y que te lleva al largo sueño de la muerte, que es, mi más amada criatura... barro de mi barro, polvo de mi polvo.

- Dices demasiado, y siento que soy menos de lo que dices... y aunque he visto tu poder, tu resplandeciente rostro, tu bondad hecha sentimiento... aún así, no creo ser lo que pretendes para mí... Soy nada, una promesa incumplida, el vómito de un ángel, de un dios borracho... nada más... En verdad, no creo en dios ni en nada que se le asemeje, pues muy pronto dormiré de cansancio... ¡Olvídate de mí!

- Mira mi rostro, por qué dudas, ¿es que acaso no entiendes que este espacio que parece separarnos es tan solo el gran espejo sin marcos? Ve que no eres más que uno de mis sueños, y uno hermoso, muñequín de mis manos... Ve cuán hermoso es este sueño...

- Vete y olvídate de mí, que aunque vivo en esta tierra, no sé por qué lo hago. Si me molesto, no sé el por qué... Si estoy feliz, tampoco lo sé... Es decir, no sé nada... ¡Vete y cierra los ojos para que termine mi cuento...!

El extraño gigante se hablaba y se miraba sobre un lago de color plateado, mientras aves de colores como el arco iris, pululaban por su entorno... El gigante se paró, miró hacia el cielo celestial, y luego, sintió que todo estaba consumado. Volvió a mirar al lago y empezó a caminar sobre él, y no se detuvo hasta que sus aguas ocultaron su inmenso cuerpo. A la mañana siguiente un cuerpo flotaba sobre las aguas de aquel lago... y miles de aves se posaron y dejaron sus excrementos sobre aquel cuerpo, como a una isla... Tiempo pasó hasta que un árbol nació de aquel cuerpo, floreciendo sueños como flores en forma de pequeños seres humanos... Y luego, todos juntos, empezaron a caminar como niños en la isla...



San isidro, mayo de 2006
Datos del Cuento
  • Autor: joe
  • Código: 16687
  • Fecha: 24-05-2006
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 5.41
  • Votos: 46
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1132
  • Valoración:
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