No encuentro la felicidad en el fondo de una botella, no borro la soledad con su sabor amargo, debido al daño en el alma que me produce, poco a poco me falta el aire y mi respiración se acelera. Junto a la música, enciende mi alma que lo alaba sin dar tregua y mis palabras se escapan rumbo a la locura. Reprimo una solitaria lágrima gracias a mi ademán de macho ¿cómo es posible que una gran fiesta se convierta en un velorio? ¿Cómo? Simple, la otra cara de la moneda tiene un cincuenta por ciento de probabilidades. Él hace que mis amigos me recojan de la miseria, él, él, hace que sonría, me resucita, me hace enfrentar el temor a vivir solo, a estar sin ti, sin mi familia, sin mis amigos, talvez, solo talvez sin Dios. Él me levanta de la penumbra para brillar como una estrella. La sangre es roja, sin ella no hay vida, el vino, el licor y mi hogar son rojos, son vida, rojo, rojo, como el amor….


¿Por qué no duermo? Déjame amarte, no te resistas. ¿Por qué lloro? Deja que te ame, como lo amo a él, mi amor por ti es casi tan grande como el amor que siento por él, casi, la brecha es por mi causa, por mis celos, mis heridas, mi forma de ser, tú, ellos, yo, él. Él, tu nuevo amor, el que te hace feliz, pero no te hace volar, por eso sufrí, y ahora mi amor escucha, no eres nada más, el sol sale y mi alma muere, el licor se acaba y mi amigo imaginario se va, y nuevamente te amo, eso creo….