Desde mi jardín estoy pensando en ti, me siento como el ruiseñor que canta su melodía rodeado de flores de multicolores que visten de alegría con su espectacular policromía mis días de melancolia.
Desde mi jardín te escribo para decirte te quiero; que aquí están tus cosas tal cual como las dejastes, tu lápiz labial color rojo que tanto te luce sobre el tocador, tu vestido negro, ese con el que despabilabas miradas masculinas hace tirado en el sillón, nuestra cama testigo de íntimos encuentros...espera por ti, tus zapatos dispersos como siempre..ah! como quisiera que estuvieras aquí.
Ya no me importa tu desorden, ya no me molesta tu ruidosa risa,ni mis tostadas hechas casi cenizas por tu siempre prisa.
...Ven que te necesito...
...Por favor ven...dejeré esta noche mi puerta abierta para cuando regreses, te prometo no habrá reproches, ni gritos, solo un corazón contrito y enfermo de amor por ti.
Quiero galopar sobre tu vientre y en tu sabor perderme..
Desvestir nuestra intimidad y escapar de esta soledad.
Desde mi jardín, dejo la puesrta abierta para cuando regreses.
Muy bien realizado por una fémina desde el punto de vista de un varón. Es después que ya se ha ido cuando se da cuenta que los detalles cotidianos tienen menos importancia que su presencia y valora más la relación.