Amanece el día gris, el suave murmullo del viento retiene tus últimas palabras en mi cerebro,
y mis retinas se resisten a perder la última imagen de tu rostro grabada a fuego en mi corazón.
Quizás mis palabras aburran, mis sentimientos empalaguen,
pero quién no los ha vivido en algún momento,
quién no derramó las últimas lágrimas ante la última despedida,
quién a pesar del tiempo no recuerda una mirada o una sonrisa,
y aún así quien presupone que hablo de mi vida, quien?.
Quizás en algún momento, en algún lugar, mis palabras se fundan con el viento,
y pasen a formar parte del olvido, sin dejar constancia de que alguna vez existieron,
quizás eso guste,
quizás sea lo mejor.
Pero vuelvo el rostro y pienso,
con que te divertirás?,
como perderás tu tiempo?,
tantas cosas que dejarían tu vida vacía, sin aliciente, sin alguien a quien calumniar.
Quisiera pasar como una maleta en un aeropuerto, sin llamar la atención,
disfrutando de mi derecho de expresarme,
aún sabiendo que ni a todos ni siempre gusta.
Tengo la edad de los sueños, esa que no se cifra en números, esa que no quiere darse cuenta que el tiempo pasa, esa que no mira al de enfrente para sacarle defectos.
Tengo la edad de la inocencia esa que intento conservar, porque diganme ¿hay algo más bonito que la sonrisa de un niño.
Y aqui estoy sentada, quizás planteandome si darle a intro o no, sabiendo que tu respuesta será ante todo, desagradable.
Siempre me formulo la misma pregunta,
¿porque a mí?
¿Quizás te provoqué con mi mal hacer?,
¿Quizás esté manchando la literatura con mis letras?.
Quizás el tiempo pase y tus palabras se fundan con la corriente de un río,
quizás algún día te des cuenta de que dentro de tí se encuentra el porqué de tus letras,
quizás....