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“En ocasiones obtener la libertad es vivir una condena”
Cruzaba los 16 años con muchos deseos de experimentar, de obtener experiencias propias, de cumplir metas, de equivocarte en fin de Vivir. Estaba en una etapa de rebeldía típica de la adolescencia y tenía una especie de imán para atraer personas que rayaban la delincuencia como indica el dicho “Dios los hace y el diablo los juntan”.
Fue así que en aquel tiempo empecé amistad con Carlos un chico provinciano que era nuevo en la secundaria él estaba viviendo con su tía y al parecer lo habían expulsado de cuanto colegio se inscribía.
Carlos también era conocido como Junior es costumbre decirle así al que se llamase igual que el padre, poco a poco la amistad fue creciendo en realidad el siempre me buscaba para realizar cualquier travesura o cometer alguna fechoría.
Mi familia siempre fue correcta y de buenas costumbre por lo que la amistad con el no era para nada del agrado de nadie de la familia, mas con la rebeldía típica de aquellos años se cree que el mundo nos pertenece hacia caso omiso a cuanta advertencia me hacia.
Las conversaciones con Carlos siempre fueron vanales y no contenían ningún matiz personal mas bien todo se enfocaba a planear una que otra fechoría. En cierta ocasión Carlos acudió a convencerme de ingresar a una tienda de videos y nos robáramos unos casetes para venderlos lógicamente como era de su costumbre ya tenia todo planeado y solo necesitaba unas manos de ayuda.
Una noche ingresamos sin dificultas por una ventana y nos robamos unos cajas que contenían casetes limpiadores de VHS que en esa época era la máxima tecnología.
Escondimos todos lo robado y esperamos como él siempre decía a que todo se enfrié , paso el tiempo y nos dispusimos a vender lo robado por lo que acudimos a otro sector de la ciudad, tratar de vender el motín no fue fácil caminamos cual peregrinación haciendo estación en cuanta tienda de video se cruzara en el camino sin lograr realizarlo, cansados de tanto caminar nos dispusimos a descansar en un parque, descansando un poco mientras comíamos unos suvenir que llevamos empezamos a conversar esa fue la primera vez en que conversamos cosas personales y dio apertura para preguntarle sobre su infancia el después de un largo silencio me dijo, tu para mi eres mi hermano y te voy a contar algo que espero sepas guardar.
Nací en un pueblo de provincia donde todo los habitantes se conocían mi padre también se llamaba Carlos y trabajaba en unas minas en los adentros del pueblo aunque soy hijo único tengo una extensa familia con muchos primos y tíos.
Mi padre siempre fue una persona responsable y a nuestra familia no le faltaba nada dentro de las limitaciones típicas, así transcurrieron mis días hasta cumplir 9 Años cuando la desgracia visito a la familia una enfermedad limito a Papa hasta es extremo de no poder moverse ni hablar solo pasaba de la cama a la silla de ruedas Mi madre tuvo que conseguir trabajo en la tarde recuerdo que atendía un abarrotes de 12 del día a 7 de la noche, y entre los dos nos turnábamos para atender a papa yo estudiaba en las mañanas y al salir de la escuela apresuraba el paso para atender a papa así transcurrían los años y la rutina y el hastió a mi temprana edad empezó a fatigarme y en realidad a hostigarme.
Sentía no tener libertad en ocasiones en que salía mas temprano que de costumbre o cuando me escapaba de la escuela solía ir a orillas del rio a ver las aguas los cangrejitos, caracoles y me cuestionaba como seria ser un chico normal que tenga tiempo para jugar, o asistir a alguna fiesta infantil a las que no asistía nunca por ser el lazarillo de mi padre.
Con el pasar de tiempo la carga de responsabilidad que me había asignado se me hacia casi insostenible y aunque nunca le hacia sentir a mi padre el hastió que me provocaba su cuidado su carraspara que me indicaba que tenia sed o las veces que llore en silencio por no poder salir simplemente a volar una cometa o correr como lo hacían los niños del vecindario.
Para mi desgracia la casa no estaba preparada para tener una persona en silla de ruedas esta era una casa alta de una escalera grande y de muchos escalones imposibles de poder sacar a papa con la silla, con el tiempo me fui convirtiendo en un niño que hablaba poco y tenia una serie se sueños despierto en que trataba de vivir una realidad distinta a la de mi existencia.
Poco a poco llegue a pensar que papa se había convertido en una carga que además de robar el tiempo y el dinero en Medicinas me robaba la libertad para poder vivir la niñez que tanto deseaba después de tener esos pensamientos me sentía culpable, malo y lloraba.
Mientras Carlos relataba sus recuerdos notaba en su rostro una tristeza muy grande y podía ver sus ojos llorosos y claro cuestionaba el proceder de su madre al darle esa responsabilidad pero solo guarde silencio mientras el continuaba relatando.
Un día llegue temprano como de costumbre me dedique a mi padre mientras en mi se apoderaba el fastidio de tener que soportar esa carga sentí la carraspera i acudí por un vaso de agua , le di a beber el agua comencé a mover la silla de ruedas y estaba decidido a que se termine mi condena me acerque a la orilla de la escalera y la empuje con toda la fuerza que pude mi corazón latía a mil mientras observaba a mi padre rodar por aquellas escalera me apresure en salir de la casas para lo cual tuve que pasar sobre él cerré las puertas y acudí al rio aquel rio cómplice de todas mis penas llore Dios sabe cuanto lo hice, pasaron muchas horas paso todo un día hasta que una tía junto a un primo me fue a ver a orillas del rio.
Al llegar a casa los cortinajes del velatorio estaba instalados mi madre no estaba me llevaron a uno de los cuartos en que solo estaba la silla de ruedas dañada mi madre entro Me dijo Carlos por Dios que has hecho, nunca mas me dirigió palabra alguna decidieron indicar que mi padre por accidente fue solo a borde de la escalera y paso el accidente.
Me desterrarme de mi casa y vine a la ciudad a vivir con mi tía mas nunca obtuve la libertad que tanto anhele ahora más que nunca siento a mi padre a mi lado cada día cada noche y puedo jurarte que en algunos momentos lo veo en su silla y escucho su carraspera.
El decía que el papa no lo dejaba que ahora de muerto lo tenía mas cerca que nunca y no cuestione su cordura podía sentir que decía la verdad sentí miedo tristeza pero guarde silencio.
La verdad continuamos siendo amigos hasta ser mayores de edad aunque con el pasar del tiempo tomamos caminos distintos yo tome juicio y busque el buen camino aunque nos frecuentábamos de tiempo en tiempo.
Cierta noche ya mayor me invito a una fiesta que el organizo aunque me cuestione el acudir finalmente lo hice los asistentes de esa reunión no eran para nada de mi agrado yo había dejado atrás todo ese mundo la fiesta se extendió ya en la madrugada solo que damos los dos conversando sobre la infancia en un momento él me dijo espera escucha , escucha y juro que escuche la carraspera de alguien mientras un escalofrío se apodero de mi hasta la borrachera se fue en ese momento me dijo papa quiere descansar, me despedí y me fui.
Fue lamentable enterarme que él fue ajusticiado por sus malos pasos y ya no pertenece a este plano. Quizás algún día les cuente un incidente horrible que vivimos.
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