En mi país todas las cosas tienen nombre y apellido...
La oficina se encontraba repleta de por lo menos ciento cincuenta rostros-crucigramas. Caras en desvelo desde las cuatro de la mañana aposatadas frente al letrero estéril que promulgaba: Administración de Derecho al Trabajo. La larga fila de expedientes humanos, desaliñados por el cansancio de la mañana octogenaria... Miradas ansiosas, vacías. Ah... y la riña silenciosa de quién lleva la mejor indumentaria del momento. Y la madre que fue con el chiquillo apestoso a leche podrida, y el viejo cascarrabias que vino a vender sus billetes de loterías y recibió un pisotón... Los jóvenes de Manatí,(como cincuenta) que habían oído el rumor de que una fábrica cogería gente en Barceloneta... El muchacho medio educado que murmuraba los males del capitalismo y se enliaba en tremenda discusión con una vieja romerista. En fin, un saqueo de sonrisas a los ejecutivos del programa, provenía del lado de los aspirantes a empleo especializado... Todas estas cosas, con otros detalles entre paréntesis, me permitieron insistir en aquello que dice: los pacientes heredarán el reino de los cielos. Mi paciencia se sumergía en un suculento soporífereo letargo...
- El número siguiente
Tronó la voz de una secretaria a las 11:30 de la mañana, sin que yo me confesara a esas alturas vivo...
- El número 58.
Tronó de nuevo.
_ El Sr. Jacob Villarojo, que firmó en el número cincuenta y ocho.
- Yeicob Villared- tradujo para mí un gordito amable y calvo, vecino mío desde por la mañana. Tenía espejuelos ahumados y bigote graciosito; a juzgar por sus manerismos de acento y palabra parecía bilingüe. ("De que los hay ...")
Llevaba un saco azul de la palma con una corbata fuego popular y un pañuelo pipiolo con el que se frotaba la frente desde las 6:00 de la mañana. Ya parecía un poco impaciente. A cada rato se levantaba y dejaba escapar un eructo de vanidad o guille de nene-sabelotodo, o de sí señires, también he estado en el norte, con su I´m sorry, Mr. présteme el Vocero, a las 7:30 de la mañana. I´m sorry, déjeme pasar... (cuando me pareció verlo caminar ligerito derechito al baño a las 10.00 de la mañana)I´m sorry, ¿dónde le vendieron ese hot dog? I´m sorry, me regala un cigarrillo como a las once...
Estiré un bostezo de GRRRRAAAACASSSSS, caballero en público. Se me escapó malhumorado cuando intenté salir del letargo y del calor que producía tanto pobre junto.
A travesé con dificultad la muralla de los I´m sorry y el vía crucis de los pequeños espacios; pisé una chicha plástica que se cagó, entre dientes, en mi madre; me detuve sin querer unos segundos puesto que mis zapatos reposaron sobre una goma de mascar y comencé a tirar y a tirar, y a tirar maldiciones desde el Chiclet imbécil que se atravesó en el camino y el hijo de su madre que lo arrojó al suelo... Tropecé silencioso con el pequeño mocoso que jugaba en el cielo mientras su madre leía una novela de Casos de la Vida Real... Por fin... atravesé las 16 filas que me separaan del caunter voluntarioso. Sin atreverme a contestar la llamada por no parecer vulgar. En la ofuscación olvidé levantar la mano...
- Joven, hace apenas unos cuantos minutos me aca....
- I´m sorry, me interrumpió la señora aquella con cara de jamona a la que por bondad o cortesía llamé joven. Perdió su turno... trate otra vez... Y de una forma voluptuosa, (con guille de abeja africanizada, he querido decir)me tiró su espalda en la cara. Desempleados diestros ADT los prepara.
Eso sucedió en enero. Desde entonces he optado por seguir respirando tolerantemente en el ejército de los doscientos mil desempleados...
- " I´m sorry, Borinquen.

13 de abril de 1983