-Qué deseas tomar?
-Un café.
-Yo también. ¡Camarero!
-¿Qué desean los señores?
-Dos cafés.
-¡Raudo como una centella!
-¿Sabes lo de Santiago?
-No. ¿Qué le ha ocurrido a ese tío tan serio?
-¿Sabías que se iba a casar la semana pasada?
-No La verdad es que con Santiago he tenido poco trato. Lo encuentro demasiado rígido.
-Pero a Lolo, su novia, si que la conoces bien.
-¡Claro que la conozco! Salimos un tiempo juntos, pero era tan fría y chapada a la antigua que me aburrí y rompimos.
-Pues te vas a pasmar con lo que te cuento. La noticia la sé por Rosi, mi novia, que era una de las damas de honor y estuvo presente.
-Ya, cuenta, que me tienes en ascuas. Presente...?, ¿en donde...?
-Lolo quiso celebrar la despedida de soltera y reunió a sus mejores amigas, entre ellas Rosi, en el local de la academia que regenta.
-Buen sitio para un espectáculo así, no te parece.
-No muy edificante, pero como no había alumnos... La cuestión es que contrataron a un "boystriptis"
-Oye, ¿de donde has sacado esa palabreja?
-Acabo de inventarla. Pero bien sabes lo que indica, ¿no? Sigo. Empezaron a beber y gastarse bromas y la fiesta se animó y cuando al boy le exigieron que se desvistiera por completo, se ve que la juerga llegó al paroxismo. Entonces las amigas forzaron a Rosi a que hiciera un número con el boy, y la requirieron para que también hiciera strip-taes. Aunque a regañadientes y ayudada por más de una amiga, un tanto... bastante achispada, al final quedó en pelota viva.
-¿Estás seguro que Lolo, con lo anticuada que es, se avino a quedarse desnuda delante de los demás? ¡Lo dudo!
-¡Pues no lo dudes, porqué todavía hay más! Según me ha contado Rosi, el boy, que se había empalmado, y que al parecer la tenía descomunal, abrazó a Lolo para bailar. Y me ha dicho Rosi que todas quedaron sorprendidísimas, cuando se dieron cuenta que aquel descomunal mástil había desaparecido en el interior de Lolo.
-¿Quieres que te diga una cosa? Que no me creo nada de lo qué me estas contando. Y que Rosi, tu novia, tiene una imaginación prodigiosa para denigrar a su amiga.
-Pues yo si que me lo creo. Sobre toda sabiendo lo que ocurrió después. Acabada la fiesta, se retiraron todos a sus casas. A la mañana siguiente Lolo llamó a Rosi para tener una entrevista. Cuando se encontraron, toda compungida le pidió consejo sobre si lo ocurrido el día anterior debía contarlo o no a Santiago. Rosi, tajantemente, le aconsejó que no lo hiciera. Pero Lolo le adujo que dado el carácter ponderado y serio de Santiago, comprendería que ella, inconscientemente dadas las circunstancias del caso, hubiera tenido trato carnal con un desconocido, que además no le importaba nada. Y que sería mucho peor, si él se enteraba por cualquier otro conducto.
-Me parece muy digna y honrada la posición de Lolo.
-Muy cierto. Y Lolo así lo hizo. Se ve que Santiago no se inmutó ni hizo ningún comentario. Pero al día siguiente, en que fue a su casa, la encontró sola. Sin mediar ninguna explicación la sodomizó a lo bestia, causándole desgarro en el ano del que tuvo que ser asistida.
-¡Vaya salvaje!
-Sí. Hubiera podido hacer lo mismo, pero con un poco más de cuidado ¡Y ahora viene lo bueno! Tú sabes que tanto Lolo, como Santiago, pertenecen a familias muy conocidas. Nada de extraño tiene que la iglesia, el día de su boda, estuviera llena hasta los topes. Cuando el cura le preguntó a Santiago si quería por esposa a Lolo, éste contesto rotundo: No; yo no me caso con una puta. Y dicen que a paso ligero desapareció de la iglesia.