Me he aburrido, he estado escribiendo por mucho tiempo, no logro dar en lo escencial, en las formas que pudieran tener algo concreto, de lo cual: me siento mal, he dado golpes al aire y siento como que me he desgastado, como me voy desvaneciendo en las ideas, como que soy una caricatura borrosa de lo que sería un ser humano.

Aparecen en las palabras simbolos irredimibles, que no me alcanzan para saber del amor, para saber de lo elevado que podria ser un sentimiento, una forma de acertar, de cultivar algo luminoso, algo que se vuelva colorido, polenizado, que sea para tener conciencia propia, para impulsar el aliento o para derretir el agobio.

Me enredo entre la idea de la irrealidad y lo cotidiano, atento contra mis breves espectativas de saber decir, de tener la responsabilidad absoluta de lo que mis manos pueden hacer.

La mayor parte del tiempo con la mujer que me hace humano, que me hace disimular el tigre feroz y salvaje que tengo durmiendo en mi interior.

A lo cual ahora, me despido, termino por completo con las palabras que yo pueda decir, asi: al aire.

Esto, que en esta tarde, desde la ciudad siento es un deseo de cortar con lo que pueda escribir, como una forma de olvidarme, de terminar.

He querido decirlo, asi, asi de simple, como soy, de comun como me encuentro, si la palabra perdura, la mia ha quedado en un rincon de alguna biblioteca que se incendiara, yo soy una tilde, un punto, breve, final.

He tenido a bien, saber que alguien me lee, que alguien me dice, que alguien me acepta, agradezco todo, no sin la extraña mezcla de melancolia y nostalgia eh querido en esta tarde decir adios.

Asi pues...Adios.