¿Amor es cierto que existes? - preguntó el niño.
-Existo claro y desde el principio del mundo, ¿porque lo preguntas?
-Pues te vi pasar, y me llamo la atención todas esas cosas que traes.
-Bueno, ser el amor no es sencillo, el hombre me ha puesto muchos nombres "amor filial","amor fraternal","amor de hombre", "amor de mujer" y así muchos más.
-Y porque? intrigado escudriñó el niño.
El Amor Respondió - Pues verás el hombre siempre quiere justificar lo que no entiende, y yo soy una de las cosas que no puede, la verdad, es que soy uno solo en escencia, aunque me pongan muchos nombres.
- Entonces tu eres uno solo?
- Si soy la escencia de uno solo.
El niño miro al amor, tenía los ojos mas limpios, la sonrisa más tierna, y las manos más suaves que jamás había sentido, pero de pronto se dió cuenta de algo, a los pies del amor había un gran charco de sangre, y repuso con voz muy preocupada.
-¡Estás herido!.
El amor lo detuvo y le diijo:
-Son mis heridas las cuales vuelven a sangrar, cuando un corazón es herido.Antes en el principio del mundo yo no tenía cicatrices ni heridas- respondió tristemente y bajando la cabeza.
El niño se acercó y pudo ver que entre el vestido y el cuerpo del amor, habían muchas marcas, cicatrices y llagas.
-Si sigues así, puedes morir - le dijo en tono asustado.
-Algún día lo haré, algún día moriré, o sere solo viejo que no puede valerse por si mismo, pero en algún momento, lo haré, y tal vez tu también contribuyas a mis heridas.-
El niño abrio grande los ojos y dijo - Yo? no, nunca te haría eso.
-Pues si no quieres que yo sangre y tenga cicatrices tuyas, ama a quien esté a tu lado, a tus amigos y hermanos, a la mujer que se cruce en tu camino, se solo para ella y ella sea solo para ti. Se uno solo en la causa de los demás, no des lo que te sobre, y responsabilizate de tus actos.
Luego de esto desperté, cerca de las 6 de la mañana, pense en ir a tocar la puerta del ser que compartió un sentimiento conmigo, pero no la hallé, nunca más estuvo, tal vez era muy tarde para sanar heridas, y entendí que, aquel sentimiento que vi sangrar, en el cual ahora había hecho una herida más en su fragil cuerpo, se que seguramente sanaria, pero la marca nunca nadie borraria.
Solo levanté mis ojos al cielo y pedí perdón por mis errores, me arrodillé y sigo aún asi esperando, mis amigos, mi familia, mi pareja, mis hijos, mi projimo, mi muerte.
* Espero tus comentarios*dame alientos para seguir escribiendo.