Cuando el alma retraída decide abandonar el rincón del cuerpo que ha usado como lugar de introversión durante una dilatada época de su vida, lo hace con el firme propósito de emprender un viaje hacia un final incierto, lleno de dudas y esperanzas, con la idea firme de que sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar, y aspirando al mismo tiempo a alcanzar la mayor de las victorias, el vencerse a uno mismo
El deseo de conquistar un sueño quimérico nos arranca palabras sinceras desde lo mas hondo de nuestro corazón, y es el momento en donde cae la máscara y aparece el hombre en toda su plenitud.
Dicen que lo que puedas hacer o soñar, ponte hacerlo, porque las oportunidades son como los amaneceres, si esperamos demasiado, los perdemos, y lo mejor es arriesgarse, ya que vale mas la lagrima de un valiente, que arrepentirse de aquello que no hiciste.
Asimismo, el almacenar dentro de uno mismo cualquier tipo de esperanza, emponzoña tu alma lenta y silenciosamente, de lo que con apoyo de compañeros te das cuenta, a la vez que te estimulan a excavar el pozo antes de que tengas sed.
Por ultimo, unas palabras de Rousseau : Las cartas de amistad se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho.