¿Vas a elegir uno ya?
Humm, no sé, no me decido, son todos tan bonitos...
Ya pero solo puedes quedarte con uno, recuerda, conseguiste ahorrar dinero pero solo para tener uno, son muy caros, ya lo sabes...
¿me dejas volver a probarmelos?, venga, ¡dí que sí!,
vaale, una última vez, ninguna más ¿de acuerdo?, veamos ¿por cual quieres empezar?...
Quiero probarme el vestido de las Tristezas, tiene un color muy suave, hace juego con mi timidez...

- Se lo prueba y al cabo de unos minutos...

No, no sé, no me acaba de convencer, no me hallo, es bonito pero le falta algo, tal vez un punto de color, sí eso es, no le veo para mi yo soy algo más alegre...
Pásame el vestido de las Ausencias, tiene unos toques color rojo que bien podrían resaltar mi piel.

- Sale del probador con su vestido...

Uf, no sé, creí que me estaría mejor, me veo un poco rara, me hace arrugas de soledad, yo creo que no me ajusta bien, no me va mucho, a mi me va más algo con detalles de companía, con pliegues de risas y no tiene...
Traéme el vestido de los Recuerdos, tiene un color azul tan lindo, tal vez con ese me quede...

-Se lo prueba también...

Me gusta pero, ay, ahora que me fijo, lo veo como demasiado largo, tiene mucha caída, puedo tropezarme con él, dar un traspies y hacerme daño, no, no, eso no me gustaría, un vestido incómodo que me produzca temor lucirlo no era mi idea... hummm, veamos, ya no me quedan muchos que probar, a ver pásame ese de tantos colores, el vestido del Amor...

Al salir con su vestido, mirándose a un espejo...

Este sí que es bello, tiene todos los tonos que me gustan, bien equilibrados, es perfecto, me ajusta como un guante, ninguno de los otros es tan bonito, este es especial, no tiene mangas, así que mis brazos se moverán libremente, tiene un atractivo escote así que me sentiré guapa al lucirlo, es ajustado de talle de esa forma se marcarán mis formas femeninas y es cortito, ideal para lucir pierna o para subir escaleras corriendo, con lo inquieta que soy... es perfecto para mi, decidido, ¡me quedo con este!

Buena elección es el más bonito, se oyó un voz, ¿quiere que se lo envuelva?
Uy no que va, mejor me lo llevo puesto, deme también esos zapatos de tacón alto y esas medias de seda le quedan estupendo, es tan bonito el conjunto, quiero empezar a lucirlo cuanto antes...

Pero al salir de la tienda con su traje puesto apenas cruza la puerta, de repente de detiene, mira al cielo, encoge su rostro, tristemente mira su vestido, sus delicados zapatos, da media vuelta y entra en la tienda de nuevo.

Por favor quiero devolver el vestido, las medias, los zapatos...
¿qué le pasa? ¿porqué ese cambio de opinión? ¿es que no le gusta? ¿no está contenta?
Uy, sí, me encanta, todo es muy bonito pero... no es apropiado.
Cambiemelo mejor por aquella gabardina blanca y aquel paraguas marrón... es algo mucho más práctico para este tiempo, es que llueve a mares.

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Moraleja:
¿De qué nos sirve vestirnos con el traje más bello y más mágico que podamos tener si al tropezar con una certeza nuestra vestimenta no es apropiada para la ocasión?
Veamos primero las circunstancias y después pongámonos el vestido más idóneo, evitaremos coger un tonto resfriado...

¿Sabéis de qué estaba hecha la gabardina blanca?
De impermeables pedazos de realidad...

Y... ¿sabéis que tengo ahora mismo guardado en mi armario?, un hermoso vestido para cuando llegue el Sol. Tuve suerte, la gabardina era más barata, así que sacrifiqué las medias y los zapatos, al fin y al cabo esos puedo encontrarlos en otro sitio muy parecidos... pero un vestido como ese sé que no.