Ese enero y Don Panchito esta que se congela del frío desde hace tres días no a parado esa llovizna ligera que parece que no moja pero bien que lo impregna todo y en estos meses es congelante, Don Panchito se la ha pasado tomando café y fumando cigarros envuelto en una cobija sentado en la silla de junto a la ventana distraído viendo pasar las gentes por la calle que por cierto no son muchos porque nadie sale por gusto a la calle en estos días de frío y lluvia se dice para sus adentros que suerte que metí bastante leña a la cocina porque la que se quedo afuera esta mojada y si la echo en la lumbre no prende tan fácil y hace mucha humareda y como esta todo encerrado es mejor no usarla, espero que mañana mejore el tiempo y deje de llover porque con uno o dos días de buen sol se seca la leña y puedo meter otro tanto porque en este tiempo no se sabe como va a estar mas vale prevenir que lamentar.
Don Panchito da un trago al café y despacio fuma de su cigarro con la mirada fija en la ventana que escurre agua sus recuerdos llegan a su mente al escuchar en la radio el principio de su radionovela preferida que ha escuchado por años (Porfirio Cadena el ojo de vidrio) esta radionovela lo ha acompañado prácticamente toda su vida porque desde que recuerda siempre la ha escuchado su santa madre que en paz descanse la oía todas las mañanas cuando lavaba los trastes que usara para el almuerzo y con esa novela casi siempre se acostaban a dormir después de oír la repetición de en la noche con la radionovela transcurrió su adolescencia en que soñaba ser tan valiente como Porfirio Cadena y soñaba con viajar por todo México en autobús, ferrocarril o carro como lo hacia Porfirio aun de casado siempre le gusto oír la radionovela intrigado cono siempre oportunamente traía puesto su chaleco a prueba de balas cuando le disparaban en las emboscadas y así se escapaba de la policía.
De pronto rodaron las lagrimas de los ojos de Don Panchito cuando recordó que su mujer murió de un ataque al corazón escuchando la radionovela es que siempre se emocionaba tanto con las aventuras de Porfirio que hasta le gritaba cuando lo iban a atacar por la espalda para que se defendiera seria por la novela o seria por las preocupaciones que le toco vivir con los hijos que se le fueron para la ciudad buscando un mejor modo de vida el caso es que su corazoncito no le aguanto mas y se paro.
Las lagrimas siguieron chorreando de sus ojos por un buen rato hasta que de pronto los cerro y se quedo dormido entre sollozo y sollozo................