Cada día que pasa don Panchito se lamenta que sus fuerzas no son las mismas que ya no sirve para nada y que casi ya ni ve porque la vista se le ha ido cansando.
Esta mañana a la hora de levantarse se mareo y hasta tuvo que sostenerse de la cama por un buen rato hasta que se le aclaro la vista y se le paso el mareo, solo entonces camino a la cocina para prepararse su café y sentarse a tomárselo junto con un cigarro en la silla de junto a la ventana se quedo pensando ahora si que no sirvo para nada ya no levantarme de la cama puedo hacer como antes porque este mareo estuvo feo se me nublo la vista y todo me dio vueltas como si estuviera borracho, mejor que Dios se acordara de mi que ya no sirvo para nada.
Casi toda la mañana estuvo triste cabizbajo pero le alegro el día y lo hizo olvidar sus problemas y achaques el que llego de sorpresa su hija venia sola porque quería platicar con él y solo podían platicar si estaban solos le contó sus problemas que no le alcanza el dinero porque los hijos están creciendo y todos están en la escuela son muchos gastos, platico también de que se le enfermo la mas chica y que el doctor le havia cobrado caro y las medicinas aparte que batallaron para encontrarlas están carísimas que ya no sabe que hacer así se la pasaron horas ella desahogándose y el tratando de darle animo comieron juntos y ya entrada la tarde ella se despidió de abrazo de Don Panchito con una cara un poco mas tranquila el le dio algo del dinero que tenia para mas o menos pasarla y se despide sonriente.
Se sirve otro café y cigarro en mano se sienta junto a la ventana suspira profundo y dice para sus adentros Dios mío porque no me recoges ya estoy cansado y no sirvo para nada, se quedo pensativo y de pronto sus ojos se cerraron quedando dormido