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Duanae

Ups! Mensaje nuevo, ¿Duanae? ¿Quién será?, Desde luego en mi libreta de direcciones no aparece. ¡Más publicidad no, por favor!, Estoy harto de esos e-mails masivos que se cuelan en mi correo todos los días en manada. ¿Quién coño me habrá suscrito al boletín de las novedades “Tupper Ware”?, Pero si es que no sé ni freír un huevo!!.

Ábrete, ábrete, dialogo con mi conexión a la red, es la única alternativa que me queda ante la imposibilidad de instalarme banda ancha. Me desespero todos los días, me prometo que a partir de ya solo me conecto desde el trabajo, que encima que es gratis va más rápido.

Ah! Por fin, remitente, bla, bla, bla, contenido del mensaje, veamos quién eres y porqué me escribes. Empiezo a leer: “Esto es una respuesta automática... ” Estoy a punto de desistir de leerlo, pero, ya que estoy veamos quién me molesta. Pues no, no es propaganda, se trata sobre el cuento que escribí hace unas semanas en una página web. Es la única solución que me queda ante la desgana de sentarme a escribir en un papel un libro de verdad. Siempre me encantó escribir, pero creo que me falta ese punto de creatividad, ese saber plasmar las cosas. Tengo millones de pequeñas historias geniales para un libro, pero siempre he sido un maniático del resumen y al final solo quedan pequeñas historias cortas, ni siquiera llegan a las veinte páginas. ¡¡Le ha gustado!!, Me escribe una chica para decirme que le encantó mi cuento, también tengo a mi favor el que ella se llama como la “amada” de mi relato y su ex novio como el “amante”. Da por supuesto que la historia es verídica, siguiendo con las carambolas, resulta que al final el protagonista de mi relato acaba viajando a donde vive ella. ¡¡No puede ser, me debe estar tomando el pelo, tanta coincidencia es demasiado!!.

Decido responderla, me ha caído bien (a quién no nos agrada alguien que nos halaga). Quiero completarle la verdad de la historia que escribí, contarla que la historia es verdadera, solo cambian nombres (como es lógico) y lugares.

Empiezo a escribirla, es curioso pero mi relato también era una carta.

Querida Duanae o Ana:
Gracias sobre todo por leerme y responderme. Sobre todo te escribo para acabar de contarte la historia que leíste en la web y puntualizarte ciertas cosas. Todo era verdad, la historia en general. Solo que el final es totalmente distorsionado, necesitaba darle algo de dramatismo al relato. El trabajo en Granada no existe, pero sí mi vinculación con ella, cada vez que puedo me escapo a esa ciudad de cielo abierto y jardines de Mil y una Noches. En la costa granadina pase unas de las mejores vacaciones de mi vida con ella, que se llamaba Raquel. Siento si esto te ha desilusionado, pero es la verdad.
Eso sí, no he vuelto a saber nada de ella, pero sabes que las heridas cicatrizan y la mía está sellada. Como me escribías en tu mail, estaré encantado de la próxima vez que vuelva a Granada, te mandaré un mail y conocerte. Pero, ¿por qué esperar? Déjame ser tu amigo a distancia, te prometo escribirte todas las semanas, seguirte contando miles de cuentos que tengo para amigos y gente que me quiera escuchar. ¿Estás de acuerdo? Espero tu respuesta, al igual que ya esperé otra hace tiempo.

Tu amigo, Aitor.
Solo me queda copiar la dirección, miro en el mail, remiro, vuelvo a mirar, miro otra vez por sí acaso y no. El mail me lo ha enviado la web buscacuentos, pero no viene ninguna forma de contactar con la persona que te envía el comentario. En un primer momento tampoco me importó mucho, pero en un gesto instintivo decidí guardar el e-mail por sí acaso.

Pasé dos días sin volver a preocuparme por Duanae, pero algo tenía en mi interior que poco a poco me comía, ¿cómo será? ¿Cuántos años tendrá?¿, ¿Por qué me escribiría?. Decidí que tenía que hacerla llegar ese correo, solo me faltaba encontrar la forma de ponerme en contacto. Escribí un mail a la página web, me contestaron que no podían decirme nada, debido a que ellos solo se ocupaban de transmitirme los mensajes, que no pedían correo ni ningún otro dato para hacerlo.

Me entra un pequeño bajón, pero rápidamente pienso que realmente me da igual, que no la conozco, que no tengo porque contestarla y que casi mejor porque así me ahorro él tener que contestarla cada vez que me escriba. Pero no me lo acabo de creer. Sigo oyendo un rumor en mi cabeza que me pide que siga buscando.

Empiezo a pensar formas de ponerme en contacto con ella, pienso en los chats que son por ciudades. Es Domingo por la tarde, será difícil encontrarla porque me dijo que no vivía en Granada, que allí solo iba los fines de semana que es donde tenía Internet. Empiezo a preguntar en los chats, estoy metido en 5 a la vez. Pregunto y sigo preguntando, la gente debe pensar que estoy un poco loco. Pregunto por Duanae que supongo que será el nick que utilice. Pasan tres semanas y sigo sin encontrarla.

Pero un Sábado a las cinco de la tarde recibo una contestación, estoy en un chat y de pronto se abre un privado de una tal “Silfi”, de repente me pregunta que para qué quiero hablar con Duanae, le resumo la historia, me dice que ella ha hablado un par de veces en el chat y que no sabe mi correo pero que coincide el nombre de Ana, el del ex novio y Granada. Lo único en que me puede ayudar es en que una vez la dijo que salía por la zona de las teterías en Granada.

No lo pensé, cogí el coche y me planté en Granada ese mismo Sábado, como un idiota con una camiseta que ponía Siddharta (el nick que usé en el cuento), porque ni siquiera sabía como era como para reconocerla entre tanta gente. Era imposible, desesperado y triste (ni siquiera llegaba a saber porqué) a las 3 de la mañana acabé solo sentado en una acera, preguntándome si valía la pena pasar esto por un sentimiento tan a distancia.

Me estaba riendo solo cuando vi unos vaqueros delante de mis ojos, levanté la cabeza desde mi asiento en la acera. Era preciosa, describirla sería perder el tiempo porque la belleza no merece palabras. Me preguntó: “Perdona, te resultará raro, pero...¿Por qué llevas una camiseta que pone Siddharta”? Seguro de que era ella respondí: “Siddharta era el nombre de Buda antes de llegar al Nirvana, pero ahora mismo soy Ulises, mi Penélope, Duanae”.

FIN.
Datos del Cuento
  • Autor: Siddharta
  • Código: 868
  • Fecha: 23-12-2002
  • Categoría: Románticos
  • Media: 6.27
  • Votos: 105
  • Envios: 1
  • Lecturas: 5749
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Siddharta
invitado-Siddharta 29-03-2005 00:00:00

Hola, gracias natalia, respondí a tu pregunta por mail, espero que lo hayas recibido. Siddharta

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