Durante el 2016 demostemos amor fraternal.

(Relato Religioso. 70)

Hoy día existen muchas clases de “cristianos”, por ejemplo están los que van a la Iglesia tan solo cuando estan en momentos de necesidad, desastres naturales o problemas de familia. Otros profesan su ‘cristianismo’ desde su misma casa y a su forma personal. Muchos llamados cristianos, van a las guerras y matan a soldados  enemigos, pero tienen su misma creencia religiosa o denominación de fe. En fin, hay casos de muy poco amor al projimo incluyendo amor o compasión con los animales. Entonces, ¿cómo sabemos si alguien es cristiano verdadero?. Jesús dio la respuesta: “En esto conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí”. –Evangelio de Juan, capítulo 13, versículo 35.

¿De qué manera tenían que amarse sus seguidores?. En el Semón del Monte, Jesús enseño que había que seguir amando a los enemigos. Lea, por favor, en su Biblia, Mateo 5:44. Y en otra ocasión dijo que había que amar al prójimo como a uno mismo en Marcos 12:31. Pero en el texto citado en el párrafo anterior, Juan 13:35, estaba hablando de un amor mucho más profundo. Acababa de decir a sus discípulos: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros, así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros”. Y más tarde añadió: “Nadie tiene mayor amor que este: que alguien entregue su alma (o vida) a favor de sus amigos”. -Juan 13:34 y 15:13-. Así deberían amarse sus seguidores, los verdaderos cristianos. Tenían que estar dispuestos a sacrificarse e incluso dar la vida por los demás.

Jesús predicó con el ejemplo. Su manera de vivir demostró lo que significa tener amor abnegado. Recordemos lo que ocurrió cuando un grupo de hombres armados lo detuvo en el jardín de Getsemaní. Aunque Jesús sabía que iba a morir, no pensó en sí mismo, sino en sus discípulos. Dijo: “Si es a mí a quien buscan, dejen ir a estos”. Así es, Jesús “los amó hasta el fin”. Lea Juan 13:1 y 18:1 al 9. ¿Comprendieron sus seguidores lo que Jesús esperaba de ellos?. Claro que sí. Años despues, el apóstol Pedro escribió  a sus hermanos que Cristo había sufrido por ellos y les había dejado un modelo que debían seguir con mucha atención. También les dijo que debían tenerse “cariño fraternal sin hipocresía” y amarse “unos a otros intensamente desde el corazón”. -1 Pedro 1:22 y 2:21-. Además, el apóstol Pablo aconsejó a los cristianos lo que dice el texto en el cual debemos de pensar, como meta espiritual para este año del 2016, en su carta a los Hebreos 13:1: “Que su amor fraternal continue”.

El amor fraternal del que hablaron Pedro y Pablo,  es decir, el amor abnegado que Jesús esperaba que tuvieran sus discípulos, se veía entre los primeros cristianos. Por ejemplo, en el Pentecostés del año 33 se bautizaron tres mil personas. Muchas venían de muy lejos y necesitaban alimento y otras cosas para poder quedarse en Jerusalén y seguir aprendiendo de las Escrituras. El relato bíblico dice qué hicieron los discípulos: “Todos los que se hacían creyentes estaban juntos, teniendo todas las cosas en común y se pusieron a vender sus posesiones y propiedades y a distribuir el producto a todos, según la necesidad que cualquiera tuviera”. –Hechos 2:43 al 47 y 4:32 al 37-. Los Testigos de Jehová hoy día tienen este mismo amor, como lo demuestra la ayuda que dan a los hermanos y personas que pasan necesidades o pierden sus pertenencias por causa de una guerra o un desastre natural.

¿Qué pudieramos decir de cada uno de nosotros, personalmente?. Sería un error dar por sentado que, cuando lleguen momentos difíciles, nos sacrificaríamos por nuestros familiares, o vecinos, o amigos. Pensemos en lo siguiente: Si ahora sentimos antipatía por una persona, le guardamos rencor o apenas le hablamos a alguien, ¿estaríamos dispuestos a morir por él?. ¿Estará él dispuesto a morir por nosotros?. En efecto, tenemos que demostrar amor fraternal ahora si queremos continuar haciéndolo en el futuro cuando el Reino de Dios, que pedimos en la oración modelo del Padre Nuestro, sea establecido sobre la Tierra para bendición de toda la humanidad obediente a Dios. Lea 1 Pedro 2:17 y Mateo 6:10.

Vivimos en un mundo egoísta que se rige por la filosofía del “yo primero” y del “sálvase quien pueda”. Ese espíritu puede influirnos fácilmente. Por eso, para que el amor fraternal forme parte de nuestra personalidad, tenemos que cultivarlo y demostrarlo todos los días. Por favor, lea los siguientes textos bíblicos: Romanos 7:21 al 23, Efesios 4:22 al 24, Colosenses 3:9 al 14.

Pablo mencionó algunas cosas que prueban que tenemos amor fraternal: ser hospitalarios, tener presentes a los que pasan dificultades, hacer el bien y tener la costumbre de orar por otros. –Hebreos 13:2,3,16,18-. En pocas palabras, debemos estar pendientes de las necesidades de los demás. Por eso pregúntese: “¿Soy hospitalario y comparto lo que tengo con mis familiares o amigos?. ¿Les hago sentirse queridos sea cual sea su edad o posición?. ¿Pienso en qué necesitan y hago lo que puedo para ayudarlos?. ¿Oro por ellos a Dios por medio de Jesucristo?. ¿Soy generoso y busco maneras de hacer el bien a los demás?. ¿Soy un amigo leal?”. Si ya está expresando su amor de estas maneras, no deje de hacerlo. Lleguemos a ser cristianos verdaderos y tomemos las palabras que dijo Pablo en Hebreos 13:1 “que su amor fraternal continue” y tengamos esta frase en nuestra mente y corazón como meta principal espiritualmente para este año que acaba de comenzar del 2016. También usted puede visitar el sitio  jw punto org de los Testigos de Jehová para aumentar su concimiento sobre esta clase de amor sincero y profundo. Y lea la Biblia todos los días de su vida, aunque sea un solo capítulo. Que Jehová Dios lo bendiga siempre.