Billy se había metido en el libro. Cuando se despertó, se encontró en un lugar extraño. El paisaje era bello. Sus montañas eran verdes con nieve blanca y tenía bellos bosques, prados, valles, etc... Grandes águilas y rápidos halcones sobrevolaban las montañas. Las nubes eran claras y el cielo olía a gloria.
A Billy le encantaba el paisaje. Nunca había visto nada tan bello. El paisaje era asombroso. De repente, Billy oyó un trotar de algún caballo que se le acercaba. El chico decidió esconderse entre los árboles. Pero el aleteo de unos pájaros, hizo que el caballo le descubriera. La figura del caballo era bellísima. Tenía el pelaje blanco, y unas crines doradas. Sus ojos eran azules, y se le veía mucha inteligencia. Billy salió de los matorrales y observó que el caballo era muy parecido a un pura sangre árabe.
Billy preguntó:
- ¿Quien eres tú, noble corcel?
El caballo sonrió, pero respondió a Billy:
- Para tu información, soy una yegua. Mi nombre es Brenda, hija de Breggor y Lenika. Soy una yegua parlante.
La voz de Brenda sonaba a una voz dulce y sensible.
Luego Billy se presentó:
- Yo me llamo Billy Turner. Tengo diez años. He entrado en este mundo y no se porque. Sólo quiero salir de aquí. Me gusta jugar a la Play Station, ir al cine, comer patatas, ver la tele, leer libros, jugar a guerras medievales. Y mi película favorita es El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien y dirigida por Peter Jackson. No pretendo hacer ningún daño a nadie.
- No temas, Billy Turner. No te voy hacer daño. Estás en Rohrian, reino mediaval. Aquí intentamos luchar para que unos seres horrendos nos dejen vivir en paz. Desde hace mucho tiempo, los seres horrendos de que te estoy hablando son individuos de cabezas calvas, pero con mucho vello por todo el cuerpo. Están destruyendo parte de nuestro mundo, el Reino de Rohrian. Estos salvajes se conocen como los Konett de Konettland. Sólo tu puedes ayudarnos. ¡Anda, sube a mi grupa! Juntos vamos a ir a Rohrian.
Billy se subió encima de Brenda, la yegua salvaje y juntos fueron al Castillo de Danmark.
¡No os perdáis la tercera parte, es aun mejor!
Por favor, escribirme algo. Este cuento mío merece escribirle algo. Espero que me escribáis. La autora.