TODO FUE UN SUEÑO
POR: MNB
Anoche, me acosté temprano, no tenía sueño y busqué un libro para leer, el primero que encontré, fue “Extraños Peregrinos”; de Gabriel García Márquez, un autor que me encanta, pero apenas leí las primeras 10 páginas y me dormí, me llegó un sueño profundo que en la mañana cuando desperté, el libro estaba todavía en mi pecho, tal y como se había quedado por la noche, tal vez la baja temperatura que se registraba o bien porque requería quedarme dormida, desperté en la misma postura.
Son las 12:00 horas, del día 12 de noviembre del 2056, estoy caminando por las avenidas de la ciudad, y veo sentada en una banca de un jardín central, que creo no conozco, que puede ser el lugar en donde vivo, pero que el transcurrir del tiempo lo han reestructurado, porque se ve diferente, hay árboles grandes y frondosos, flores de plantas que no había visto antes y con bancas cómodas, no las comunes de estructura de hierro forjado que por años he visto, adornando las plazas de la ciudad.
Ahí, estaba sentada, una mujer de edad indefinida, se le veía triste, tal vez meditando porque permanecía callada.
La plaza estaba solitaria, unas cuantas personas caminaban apresuradas por los andadores, nadie tenía tiempo para sentarse.
Por allá, estaba un bolero dando lustre al calzado, en otro lugar distante, un vendedor buscando a un cliente para ofrecer su mercancía, las personas como vorágine, propia de de la hora se trasladaban a sus trabajos o bien a visitar alguna oficina, no se detenían, su paso era acelerado, pero Yo, con la tranquilidad que sentía en ese momento, seguía pendiente de aquella mujer que mucho me llamó la atención, y que continuaba sentada en la misma banca.
Me llamó tanto la atención que sentía que conocía a aquella elegante viejita, y por eso quería saber todo lo que sucedía, no tenía prisa, me senté a descansar también un momento, muy cerca de ella, y busque plática, quería saber que le acontecía, lo primero que me dijo era que le dolían las piernas, porque había caminado mucho y todavía tenía que regresar a casa, seguí sentada, la mujer se mantuvo callada por un rato y respeté su silencio, más tarde me dijo que sentía deseos de escuchar música, pero llegó nuevamente el silencio, y la acompañé en aquella meditación profunda que entre las lágrimas que a veces le fluían, una sonrisa se dibujaba en sus labios.
Aquel hermoso jardín estaba muy propicio para divagar en el libro de los recuerdos, ¡Qué bellos momentos!, ¡Han pasado 50 años!... ¡Cómo recuerdo aquel día!...¿Se acordará también él?, ¿Dónde estará?... Seguí pensando...
Ya no pude más ...y ...Abrí, mi bolsa, saqué una cartera, de ella, obtuve una hoja, muy maltratada por el tiempo, con varios dobleces, que con mucho cuidado empecé a extender, era normal que la sacara, que la leyera, recordé que lo hacía siempre, que buscaba estar sola para leerla ...
Leí el primer renglón y mis lágrimas comenzaron a brotar, mis ojos cansados seguían repasando la carta, fechada el 3 de enero del 2002, era una sola hoja, pero en donde todas las palabras estaban plagadas de amor, las vi ahí impresas, conforme avanzaba en la lectura, se me seguía nublando la vista, el torrente bajaba a mis mejillas, pero aquella hoja que por momentos me la llevaba al pecho y en ocasiones se mojaba con aquel liquido que brotaba y que no se detenía, seguía ahí entre mis manos temblorosas, pero que unía los dedos fuertemente al papel…
Que importaba, que se mojara, no era la primera vez que sucedía, algunas letras, borradas por las lágrimas otras por el doblez y otras más por el tiempo, no se distinguían, sin embargo a fuerza de leerlas, me las sabía de memoria, habían pasado 50 años, el mismo tiempo que aquella hoja, no se separaba de Mi, que guardaba como el más valioso tesoro…
¿QUÉ PODÍA SUCEDER SI NUEVAMENTE SE BORRABA OTRA LETRA?
...Algunas personas que pasaban por donde me encontraba, buscaban con la mirada, saber que me sucedía, sentía que les llamaba la atención ver aquella anciana pulcramente vestida, con su cabeza plateada, y los orgullosos surcos que cruzaban por su cara, leyendo apresuradamente aquel escrito, y sucedía así, porque han sido tantas veces que la leo, que lo hacía tan rápido desde el amoroso saludo, “HOLA AMOR” hasta la tierna despedida…“BESOS Y ABRAZOS CARIÑOSOS. TE AMO”
Las palabras que por su semblante le siguen haciendo mella, y sigue evocando múltiples emociones, muchos recuerdos, y una gran nostalgia. Estas se reflejan en su faz de aquella elegante señora, pero que denotaba una inmensa congoja, una tristeza que no puede borrar.
Por momentos Yo me veía sentada en la misma banca al lado de la viejecita, en otras, era Yo misma, aquella mujer de blancos cabellos que, me veía sola sentada en el jardín resistiéndome a guardar aquella hoja amarilla y maltratada por el tiempo y las lágrimas… La quería seguir leyendo hasta que mis ojos se nublaran nuevamente y mis manos temblorosas buscaran llevármela al pecho.
De pronto, me levanto de donde estaba sentada, caminé y me retiré de aquella banca, la viejecita, permanece sentada, tal vez, pensando que tendrá que caminar mucho y que sus pies nuevamente se cansarán o bien, porque otra vez le dará lectura a =la carta de amor= que tan celosamente guarda en su bolso.
Empiezo a caminar por aquella plaza y de pronto abro mi bolso, veo la carta la abro, y empiezo a leer, tenía la misma fecha, la que alcancé a ver en la carta de la viejecita, el mismo saludo “HOLA AMOR”, el color de las letras ya tenía un azul muy pálido, el tiempo le había acabado el color...”llegue a casa a las doce de la noche te busqué y no estabas, el torrente comenzó a brotar de mis ojos…¿Qué acaso habían pasado los años y no estábamos juntos?...
= DESPERTÉ =
Y mis ojos tenían lágrimas, pensé que todo era realidad, pero la alegría llegó cuando me di cuenta que nada era cierto, que te tengo y estás conmigo, que pasarán 50 o muchos años más y juntos estaremos leyendo los bellos mensajes que nos enviamos.
TODO FUE UN SUEÑO…
Me volví a dormí pensando que acababa de leer por segunda vez el último mensaje que me enviaste y se me grabó tanto que lo soñé, porque las frases las estaba repasando mentalmente de lo que me escribiste,
¿Sabes?, en momentos yo estaba frente a aquella señora que se me quedó grabada su imagen, y en otros, era Yo, la misma persona que buscaba su carta, la carta que según el sueño tenía cinco décadas de traerla guardada en su bolso.
Gracias a Dios, que solamente fue un SUEÑO, que nuestra realidad es otra, que juntos estaremos para ver pasar los años, pero amándonos por siempre. T.A.M.
eres buena escritora. Pienso que la ancianita es la protagonisa. la que cuenta su sueño. Sigue así y a todos le van a gustar tus cuentos ¡¡¡FELICIDADES!!!