unos ojos verdes en un entorno dorado,
una piedra azabache,que resultó ser su cabello,
ondeaba el viento,que como un lamento hacia eco en sus suspiros.
el caminante vió un río,que en su rostro fluía,
-sécate las lagrimas-ella decia
-lágrimas...no son mías;no son de dolor.
me siento como Dios cuando después de crearte te observó-
pero,¿esa piel es oro?
¿qué universo hay tras esos ojos?
que profundos,que poderosa y frágil,
tan poderaso que me siento llena y mi poder palidece ante ti,
tan fragil que ni se como decir...
Espérate,tengo que traerte algo,
buscaré el árbol más alto, desde allí encontraré algo para ti.
más cuando volvió,ella no estaba allí,
en su lugar yacía un jazmín,
el cual conservó y memorizó su aroma,
sintió su piel en cada hoja,
y la buscó, la buscó hasta ahora.