Pabblo era asi, no podía evitarlo y hasta era feliz con su forma de ser, por lo que no intentaba cambiar su caracter ni dentro, ni fuera de casa.
A su madre no loe gustaba y cada día le repetía la misma frase:" En casa no ayudas a nada y fuera ayudas a todo el mundo en exceso".
Pero Pablo a sus once años no entendía las quejas de su madre y aún menos las de su hermana que por el hecho de ser tres años mayor que el le quería imponer normas en casa.
Pablo fuera de casa era un ejemplo de persona para el resto del pequeño pueblo del Pirineo Aragonés donde vivía ya que era amigo de todos, tanto si eran niños de su edad, como si eran personas mayores o niños más pequeños que el, ya que como su madre le repetía incansablemente ayudaba a todos por igual siempre que entrase dentro de sus posibilidades, porque pese a su corta edad Pablo era un níño muy espavilado y sabía desenvolverse con relativa facilidad en las conversaciones de los mayores.
Pero ese invierno estaba haciendo más frio de lo normaly eso no lo arreglaba ni el alcalde, ni aún el ministro si supiese la existencia de aquel pequeño pueblo.
Estaban a mediados de Enero y desde la cima del Pirineo hasta más abajo del valle por donde pasaba el rio, se divisaba una extensa y gruesa capa blanca a causa de las dos semanas que llevaban con una intensa nevada de gruesos copos sin parar y a la cual no se le veía el fin.
El estaba acostumbrado al frio, pero ese año el frio era diferente, penetraba en el interior del cuerpo y se apoderaba de el como una idea se apodera de la mente.
En la plaza de la fuente los más ancianos del lugar comentaban que hacía más de treinta años que no se veía una nevada igual ni habia hecho ese frio que tenian aquel año.
Pablo al escuchar esa conversación empezó a pensar en el tema meteorólico, pero concluyó pensando que en Abril o Mayo se pasaría el frio y la nevada.
Cuando llegó a casa le preguntó a su madre sobre la conversación que habia escuchado a los más ancianos del lugar y esta le contestó diciendole que ella era muy pequeña y apenas recordaba el acontecimiento que contaban.
Pablo entonces echaba de menos el tener un abuelo para poder preguntarle cosas sobre la historia del pueblo.
Pero Pablo no sabía era que treinta años atrás en el castillo ahora abandonado vivía el señor más adinerado del pueblo y un día a mediados de Enero desapareció sin dejar rastro, nadie supo nunca lo que pasó pero algunos cuentan que murio congelado al buscar parte de su ganado en el valle a la orilla del rio.
Pablo tenia muchas preguntas que hacer, pero no tenía a quien hacerselas, si tuviese un abuelo, se decia para si mismo.
A la mañana siguiente fue a ver a Tobias, su vecino y confidente a la vez, era el cartero del pueblo y se enteraba de todo lo que pasaba en aquel pueblo y en los de los alrededores, Pablo pensó que si preguntaba a Tobias el sabría darle una respuesta a sus dudas y sin pensarlo decidió pregutnarle a su vecino.
Pero Tobias no quiso meterle el miedo a su vecino y amigo, por lo que no le quiso o no le supo contestar, simplemente le dijo que no se acercase al castillo en esa época del año porque estaba maldito y con el frio aumentaba su maldición, pero Pablo no creia en esas cosas ya que, según el, eran cosas de supersticiosos y el no lo era.
Así que sin pensarlo dos veces se acercó al castillo que era el último edificio del pueblo antes de comenzar el bosque.
Cuando llegó a la puerta noto un escalofrio muy extraño, pero lo achacó al frio aunque estaba sudando y no era por haber subido hasta allí, ya que era un niño agil y fuerte.