En la cueva del olvido, alli donde el sol se esconde, vivía entre las ruinas, encogido, el albugo Niorn.
Para los que no sepais lo que es un albugo,os diré que son criaturas que viven en la oscuridad, y que solo a veces se les ve, eso si por el rabillo del ojo, pues solo una vez en su larga vida salen de su cueva, para recorrer el camino que les lleva a Ixion.
Para no perder el hilo de la historia, os dire que Niorn nunca tuvo muchas luces, así que cuando por fin le toco recorrer el camino, no hizo más que perderse y acabar aquí, donde viven los humanos.
Niorn no sabía lo que era un humano,bueno, ni un humano, ni un arbol, ni un pez, pues jamás oyo hablar de tales cosas, así que, ni corto ni perezoso, se dirigió al primero que encontró,¡y así, de frente!
Gracias que no era sino un niño, para el cual no fué extraño aquel ser.
Le pregunto por Ixion y el niño ansioso por jugar, lo llevo a casa con la promesa de que alli lo buscarían.
Tras horas de juegos, y ya cansado, el niño le pregunto si no debía ir a casa, sus padres estarían preocupados. ¿Padres? ¿Casa?, el no sabía que era aquello, solo sabía que debía ir a Ixion,a completar su ciclo.
El niño le dijo entonces que lo ayudaría a buscar, pero que ahora a la cama, había que descansar.
Pasaron los días, las noches, semanas enteras buscando Ixion allí, en la pequeña habitación,mas ya no querían encontrarlo, eran amigos de corazón.
Hoy han pasado los años y el niño es anciano y Niorn es mayor, pero aún podeis verlos jugando si pasais por mi casa, pues el niño era yo.