El barrendero del parque recogía cada día juguetes rotos que los niños abandonaban bajo los bancos y entre los parterres de flores.


Barría con su escoba de palma los senderos de arena , vaciaba las papeleras y guardaba algunas cosas que pensaba la gente iría a buscar al día siguiente.

Aquella mañana entre las variopintas cosas que barrió le llamó la atención un papel arrugado. Lo recogió y al levantarlo del suelo unas cuantas letras cayerón de él enterrándose en la arena.

Se agachó y buscó en la arena las letras. Las letras eran rojas, brillantes y destacaban entre los granos amarillentos. Estiró el papel en el suelo y las fue colocando sobre él.Aquello era como una sopa de letras. Se sentó en uno de los bancos y se dispuso a ordenarlas pero una ráfaga de viento las mezcló de nuevo.

Volvió a su tarea guardándose el papel y las letras en el bolsillo, las ordenaré en mi casa pensó.

Al llegar a su casa lo primero que hizo fue sacar el papel del bolsillo y sentándose a la mesa lo puso sobre ella. Fue ordenando las letras que no eran muchas, compuso trece palabras y se disponía a formar una frase cuando pensó que aquello no le pertenecía, así que colocó las palabras sobre el papel y dirigiéndose a la ventana sopló con fuerza, las palabras volaron hacia el infinito:

AMOR,ES,DONDE,ESTAREMOS,IMPOSIBLE, NUESTRO, OLVIDO,ESPERO,SIEMPRE, TE, JUNTOS, ALLA, SERA.

El papel lo dobló y lo guardo entre las páginas de un libro.