- Tiene que haber algo más allá de esta verde pradera.- le dice el caracol a la hormiga.
- ¡Pero que dices!- responde asombrada la hormiga. -¿Qué puede haber más alto que estas hierbas y más ancho que su verdura?-
- No lo sé, pero ¿no te has preguntado nunca que es ese gran manto de oscuro de luces que de noche cubre nuestras cabezas?-
replica intrigado el caracol.
- Claro, son las luciérnagas trabajando incansables cuando todos dormimos.- asegura la hormiga.
- ¡No!, es algo más lejano, no se mueven y parecen observarnos; tienen a su ama en la noche que a veces se muestra orgullosa y otras veces parece más tímida y se intenta esconder.-
La excéntrica hormiga responde alterada.
- Mira caracol, algunas no tenemos tiempo para discutir tonterías, tú también deberías aprovechar para trabajar, y dejar de perder el tiempo pensando.-
El caracol cabizbajo se aleja lentamente, mientras las inquietas hormigas cargan pesados fardos y siguen un delirante camino esquivando a sus iguales.
De pronto una gran sombra se cierne sobre la zona, el caracol gira la cabeza asombrado, y ve como un gran pie caído del cielo aplasta a las hormigas y se aleja.
El caracol aterrorizado comenta en voz baja:
- yo sabía que nos observaban, y ahora sé que quién lo hace castiga sin piedad a quienes no creen en él.-
Asi es, esta fábula tan bien escrita definitivamente merece un cometario y no adverso precisamente, la claridad en el planteamiento de la idea y la excelente manera de finalizar me han agradado como fabulista que soy. FELICITACIONES.