La madre de Álvaro, estuvo un rato pensando y al final se decidió, y le dijo:

-No pasa nada sólo es un jarrón, ya compraremos otro.

Álvaro, estaba leyéndose los resúmenes que su abuela le había dicho y la madre de Álvaro miraba por catalogo el jarrón que le gustaba más; así pasaron tres días a Álvaro
ya le toca e l examen y a su madre pronto le traerían el jarrón.

Esa mañana Álvaro estaba un poco nervioso, se arregló para ir al colegio, al llegar, entro en su clase y su profesor les dijo:

-Espero que hagáis estudiado, ahora repartiré el examen, si hay algo que no lo entendéis, me lo decís y os lo explicaré, buena suerte a todos.

Ellos hicieron los exá1menes, Álvaro, terminó en seguida así fueron terminando los otros niños.

Al acabarse el colegio Álvaro, se fue a su casa y allí le preguntó a su abuela:

-Que Álvaro, ¿cómo te ha ido?
-¡Me ha ido muy bien!, he acabado el primero, si mañana el profesor los ha acabado de corregir nos los dará y podré saber la nota que he sacado.

En ese momento entro la madre de Álvaro, y le dijo contentísima:

-¡Álvaro, mañana nos traerán el nuevo jarrón!, una pregunta Álvaro ¿cómo te ha ido el examen?
-¡Me ha ido muy bien!

Y así estuvieron conversando hasta que se hizo hora de cenar. Ellos cenaron cuando Álvaro terminó se fue a dormir.

Al día siguiente, Álvaro se estaba arreglando para ir al colegio. Al llegar estaba muy nervioso para saber lo que había sacado. Cuando entró el profesor por la puerta muy disgustado dijo:

-¡ Habéis hecho muy mal el examen ahora voy a decir las notas que ha sacado cada uno: Álvaro un diez, Irene un nueve y medio, Alfonsa un ocho, Manuel un siete y medio, Eva un siete, los que he dicho lo han y hecho muy bien o bien ahora diré los que lo han hecho regular: Jaime un seis, Manuela también un seis, Ana un cinco y medio, Toni un cuatro y medio, Joel un cuatro y medio y Anita un cuatro; y el resto ha sacado o un tres, o un dos , un uno o un cero.
-¿Hay recuperación?
-Si, hay recuperación, pero como no aprobéis... es que... es que... es que os podéis preparar.

Al llegar a casa Álvaro entró corriendo y rompió el jarrón nuevo de su madre, y ella muy enfadada le dijo:

-¡¡Mira que has es hecho, te quedaras castigado sin ver la tele durante un mes!!
-¡Mamá, he sacado un diez!, ¿qué me quedare castigado?
-¿Qué has sacado Álvaro?
-¡Yo he sacado un diez, la nota más alta de la clase!

La madre de Álvaro se fue y su abuela le dijo:

-Álvaro, la poción que te tomaste, no era ninguna poción, sólo era manzanilla.
-¿Pero, entonces como he aprobado el examen, con un diez?
-Porque te leías cada día los resúmenes tres o cuatro veces.

Como ya era muy tarde Álvaro, se acostó en la cama, y no se podía creer que esa poción era sólo manzanilla; y también pensaba que el castigo que le había hecho su madre era un poco bestia; que con sólo una semana era suficiente.

Este cuento tiene una moraleja:

Porque creas que una cosa te va a salir mal, no debes temer, que si no la pruebas seguro que no te sale bien.