Erase una vez, en un dia azul de primavera,me hallaba sentado en la terraza de una cafeteria,dispuesto a tomarme mi cotidiano cafe con leche,cuando,mientras mis ojos se ofrecian al continuo remover de la cucharilla en la taza,un silbido agudo se me hacia mas y mas cercano.
El silbido tornose chirrido al entrar en la carretera, e instintivamente alze la cabeza de la taza rumbo al proceder de tan imprevista metmorfosis.
Un cuerpo masculino de unos treinta y pico años yacia bajo las ruedas de un automovil enormemente blanco.
Del vehiculo salieron por las distintas puertas una pareja de reciencasados con el atuendo matrimonial aun puesto.
Me acerque, haciendome un hueco entre la multitud que en breve se congrego alrededor del accidentado,logrando alcanzar con la vista sus facciones.
Aun sin vida esa cara distaba mucho de estar inanimada.Una sonrisa daba a entender que en el momento del suceso,por la mente del yaciente,se hospedaba la felicidad.
Mas no solo la sonrisa merecio mi atencion,los rasgos de esa cara eran extrañamente familiares.
El mismo camarero que me atendio estaba ahora a mi lado,intentando hacerse paso entre el gentio.Ver un gesto de desconsuelo en su rostro y oir citar en su boca el nombre del accidentado,fueron las razones que me impulsaron a preguntarle al camarero si conocia al fallecido.
Si,fue su respuesta.
Su nombre era Victor,acostumbraba a sentarse solo en la barra.Tenia un caracter timido aunque solo le faltaba que alguien le diera conversacion para que soltara el lastre de la inseguridad, y se dejara llevar por la alegria de conversar.
El camarero me dijo que quien realmente conocia a Victor era otro camarero, que apenas si podia contener las lagrimas de desconsuelo tras la barra.
Tras alzar la cabeza de sus humedas manos, y tras oir mi ruego,me conto que Victor estuvo tomando cafe con una chica durante la ultima hora antes de que el partiera rumbo a su destino.
Me dijo que Victor le habia confesado, con enorme emocion, que ella le habia dado fundadas esperanzas de que podria existir amor entre ellos.
Victor le confeso al camarero que nunca en sus 34 años habia podido expresar lo qu sentia a nadie.
Victor daba a entender que nunca habia logrado estar mas cerca de una mujer que un beso en la mejilla.
Al salir de la cafeteria, tras pagar al camarero,Victor comenzo a silbar una cancion de Jaques Brel,una hermosa y dramatica cancion de amor.
Victor por fin habia sentido ser amado por alguien, su alegria interna estaba acorde con su ilusionada sonrisa.
Solo la felicidad por un amor reciente puede hacer cegar a un hombre hasta el punto de cruzar la carretera silbando una cancion de amor.
Quien sabe, podria ser que fuera el momento de mas felicidad de su vida.Que nunca volveria a sentir los primeros acordes del amor como en ese momento