Y........ En aquellos entonces, el rozar de aquella camisa Blanca, lavada a mano por el sacrificio de unas manos talladas a golpe de valentía, y que mientras corría al refugio, se iba empapando del olor a ozono que ya iba acercando la tormenta, y con los goterones de brillantes zirconitas que el atardecer, una vez más me regalaba, y con los pies, amueblados de esparto y cuero entrecruzados, que percusionaban en los pequeños mares, levantando olas de ilusión, que se fraguaban en mi imaginación...... Es cuando, llegando a tan acogedor castillo, mi nariz recién bautizada, se impregnaba del suave acariciar que en el aire grababa...... aquel bizcocho sentenciado por el delatador horno de carbón........