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Categoría: Hechos Reales

EL PEOR NOVIO

Quizá es un poco largo de leer, pero si lo lees entero seguro que te quedas con la boca abierta. Lo que me pasó con este chico es increíble. Me ha costado mucho tiempo recuperarme, tres años.
A los 17 hice una amiga, que fue la que me abrió las puertas hacia un grupo de amigos, y empecé a salir. Poco después me eché un novio. Quizá por mi personalidad, que era débil, ese chico se fue apoderando de mi hasta anularme por completo.

Le conocí en un pub, parecía un chico tímido. Me entró dando pena, diciendo que tenía anorexia. Venía a mi casa desde el primer día que empezamos a salir, se metía en el cuarto de baño y vomitaba. Sabía que eso me daba miedo y por eso lo hacía. También se sonaba los mocos tan fuertemente que le salía la mosqueta, y yo pensaba que era a causa de su "anorexia", pero un familiar mío me había dicho que lo había visto un montón de veces sonándose fuertemente para provocarse la sangre.
Con estos miedos que me surgían a causa de sus "enfermedades" consiguió que dejásemos de salir. Quedábamos con nuestros amigos a las 11, y él venía a mi casa a las 10 con un dolor a recogerme. Me decía que tenía mucho dolor y que cuando se le pasara saldríamos. Llegaban las 11 y no se le pasaba, pero a las 12 y media se le pasaba y me decía "ya si quieres podemos salir", y claro, ya nuestros amigos no iban a estar esperándonos. Era demasiado tarde siempre.
Cuando conseguí que se curara su falsa anorexia, comenzó a comer como un animal. No salíamos por la noche, seguía con sus dolores, pero a las 12 y media se curaba e íbamos a la cocina donde comía sin parar. Recuerdo que una vez había un paquete de pan en rodajas y un poco de chorizo. Comenzó a ponerse rodajas con chorizo hasta que acabó con el chorizo, pero viendo que quedaba aún pan en rodajas buscaba por el refrigerador para ver si había algo más que ponerse y vio que sólo había mantequilla: se puso los bocadillos con mantequilla, y hasta que no acabó con la última rodaja de pan, no dejó de comer. Se llevaba comiendo en mi cocina hasta las 5 de la mañana. Yo le decía que tenía sueño, que se fuera, que nos veríamos mañana; y él, con la comida en la boca me decía "Hay que ver que no quieres estar conmigo" y me hacía sentirme mal por estarle echando. La verdad es que él sólo quería comer, y aunque él me dijera eso, la verdad era que yo sólo estaba a su lado, apoyada en la encimera, cayéndome se sueño.
Por alguna razón él me había convencido de que tenía que levantarme por la mañana a las 9 para ir a su casa (vivía bastante lejos de mi) y despertarle. Luego desayunábamos en mi casa y volvíamos a la suya para pasar la mañana, a las 2 íbamos a mi casa a almorzar y luego volvíamos a pasar la tarde a su casa, íbamos a merendar a mi casa y la tarde noche la pasábamos en la suya, y la cena también en mi casa. ¡Era un gorrón!
Mis padres veían todas estas cosas y me decían que le dejara, pero yo no lo veía por alguna extraña razón.
Mis padres decían que él tenía como hora tope para dejar mi casa a las 12 de la noche, pero él se quedaba hasta las 1 y media porque le daba la gana y encima me decía "es que tus padres no tienen por qué decir eso, nos tienen que dejar, porque yo quiero estar contigo". Intentaba ponerme en contra de mis padres, pero en verdad era él el que se pasaba por el forro todo lo que ellos dijeran. ¡Tenía muy poca vergüenza! A las 12, en lugar de marcharse, se metía en la cocina a comer hasta las 1 y media.
Después era un chico que no quería ni estudiar, ni trabajar. Y cuando estuve con él, suspendí un curso, yo que siempre había sido muy estudiosa.
Cuando tenía examen le decía que no viniera a mi casa, que tenía que estudiar, pero él venía de todas formas y se sentaba a mi lado a decirme "Hay que ver que cuando estudias no tienes tiempo para mi". Lo mismo pasaba cuando tocaba el piano. Como se llevaba todo el tiempo conmigo, yo no tenía tiempo para mis cosas, y por supuesto tampoco para tocar el piano; por eso tenía que tocarlo cuando estaba él en mi casa. Finalmente dejé de tocar el piano, de dibujar, de estudiar... Todo tenía que ser tiempo para él.
Cuando él estaba enfermo yo tenía que ir a su casa a cuidarle, y cuando yo estaba enferma venía a mi casa y no estaba conmigo, pero se conectaba a internet. Otras veces simplemente quedaba con su amigo, y se iban por ahí a dar sus vueltas. Las pocas veces que se quedaba me insultaba "Hay que ver, mírate cómo estás, ahí tirada, hecha una floja, celulítica, que te vas a poner gorda, hecha una cerda. Tienes que conservarte como yo, mira mi cuerpo".
Esa es otra, estaba también humillada, porque me insultaba. Y yo no estaba ni estoy gorda, ni él tenía un pedazo de cuerpo. Al revés, era feo y bajito.
Estaba anulada por completo; aunque lo peor aún no había llegado. Yo hacía todo lo que él quería, no era yo misma. Él se quejaba de que yo había cambiado, me preguntaba dónde se había metido la chica que él conoció. Y yo no lo decía, pero pensaba "tú la has matado".
Un día estábamos en su casa, no había nadie. Como cada vez que se duchaba, yo tenía que estar esperándole sentada en la tapadera del váter. No podía dejarle ni un minuto, debía de estar con él incluso cuando se duchaba. Mientras estábamos allí, llegaron sus padres, con suerte salí sin que se dieran cuenta.
Cuando terminó de ducharse fue a su habitación, yo le estaba esperando allí como él me había dicho. Entró en la habitación sin haberse vestido, con la toalla puesta alrededor de su cuerpo. A penas se había secado.
Se acercó a mi y empezó a quitarme la ropa, yo no quería que me la quitara, pero no dije nada, quizá porque estaba anulada y estaba acostumbrada a no llevarle nunca la contraria. Yo no decía nada, sólo me sentía mal cada vez que me quitaba alguna prenda.
Hacía tiempo que teníamos sexo cada día durante 3 horas seguidas, a mi me dolía la vagina bastante, puesto que era sexo puro y duro. No había ni precalentamientos, su obsesión era que yo tuviese un orgasmo con penetración, y yo no lo tenía. Cada día, durante un año, teníamos 3 horas de sexo, para conseguir que yo tuviese un orgasmo con la penetración.
Durante los segundos que tardó en quitarme la ropa yo había estado pensando que lo que me esperaba eran 3 horas de sexo y un dolor tremendo en la vagina.
Le dije que no quería, que estaban ahí sus padres... Pero él me tiró sobre la cama y me dijo "venga". Y me penetró, sin ningún tipo de precalentamiento. Así que para no sufrir, esperé un poco de tiempo, y finjí tener un orgasmo.
Al poco tiempo corté con él, no sé cómo pude hacerlo teniendo en cuenta lo anulada que estaba.
Corté justo cuando le devolvió a mi hermano el dinero que le debía, que eran 17.000 pts, porque yo sabía que si cortaba antes de que se lo devolviera, mi hermano no volvería a ver ese dinero.
Bueno, esta es mi historia. Sólo quería contarla para sentirme mejor.
Datos del Cuento
  • Autor: Angel
  • Código: 4070
  • Fecha: 26-08-2003
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 6.91
  • Votos: 32
  • Envios: 6
  • Lecturas: 5865
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