ELLA Y ÉL







Se encontraron una tarde por el parque, hacía frío, y los dos andaban deprisa, tropezaron sus pies, y se miraron ella y él. Ella le miró con timidez, él la miró con ira. En los días siguientes también se encontraron, ya no volvieron a tropezar sus pies, ahora sólo tropezaban sus miradas.
Un día, ella andaba despacio, y se sentó en un banco. Él andaba deprisa, como siempre, pero se paró y se sentó a su lado. Permanecieron así varias horas, ya no tropezaban sus pies, ni sus miradas, ahora sólo tropezaban sus silencios, que se enredaban en el aire, formando caracolas de colores.
Una noche él la siguió y esperó a que ella entrara en su casa, llamó a la puerta y ella le dejó pasar. Le pidió que se sentara, pero no en una silla, ella le señaló un hueco bajo la escalera, y él entró y se sentó junto a un enorme elefante de color blanco. Ella entró después, y se estrechó contra su pecho. Se quedaron así, quietos, el reloj del tiempo se paró con ellos. Cuando ella se levantó y le señaló la puerta, él salió sin decir nada.
Ella no volvió por el parque, él la esperaba cada tarde, pero sólo llegaba la luna. Una noche decidió ir a buscarla, no sabía si ella estaba sola, pero tenía tantas ganas de volver a la escalera. Ella le abrió la puerta sin demostrar asombro, él se sentó en la escalera, pero ya no estaba el elefante blanco, en su lugar había una enorme tela de araña. Él entró en el hueco de la escalera, y se enredó con la tela de araña, se enredó tanto, que quedó atrapado en la invisible red, como si fuera un insecto, de hecho, en eso se estaba convirtiendo. Ella se alejó, y regresó con un bote de insecticida, y le roció con él, una y otra vez, hasta que le vio quedarse quieto. Él sintió que sus nervios se agarrotaban, y luego sintió un ahogo. Ella le tomó con cuidado y le metió en una caja de cristal, luego le colocó en una estantería, junto a cientos de insectos diferentes. Después, cogió su abrigo y su sombrero, y salió de nuevo para el parque.







lunnula @->--




A.N.A